En 1970 Graham Bond ya era un músico bastante reconocido. No sólo estaba considerado como un pionero en la utilización de diversos teclados, sino que también en su banda de mediados de los ’60, Organization, habían tocado músicos tan geniales como Ginger Baker, Jack Bruce, John McLaughlin o Dick Heckstall-Smith. Posteriormente, tras publicar un par de discos en solitario en Estados Unidos y formar una nueva banda de corta duración en Inglaterra, Initiation, este organista y saxofonista fascinado por el mundo del ocultismo, decide cambiar de tercio y buscar un público diferente para su música. Es así como se mete en el estudio de grabación junto con gran parte de los músicos de Aynsley Dunbar Retaliation ( Victor Brox, Alex Dmochwski y John Moreshead), con Rick Grech, de Blind Faith y Family, y otros siete u ocho músicos y vocalistas más para grabar “Holy Magick”. La primera cara está compuesta por catorce temas cortos, unidos entre si, formando una larga pieza de carácter improvisatorio donde se recrean rituales de la tradición esotérica occidental. Musicalmente nos encontramos con una música rica, con mucho órgano y saxo, percusiones y extraños cánticos, con elementos progresivos y una gran libertad interpretativa. La segunda cara se compone de cuatro temas, mucho más cercanos al blues y a la música que ya había hecho con anterioridad.
Francisco Macias