Hablar de Spaltklang es hablar del saxofonista y compositor suizo Markus Stauss. Amante del free jazz y la música de Zappa, Stauss fue pionero en Europa a la hora de mezclar estilos que parecían irreconciliables como el jazz, el punk o el rock progresivo, de una forma similar a como se estaba haciendo en Nueva York a finales de los ’70. Con proyectos maravillosos, publicados por su propio sello, Fazzul Music, como Überfall, Ulterior Lux, Trank Zappa Grappa in Varese, Zauss (a duo con Francesco Zago), o el que hoy nos ocupa, Spaltklang, este creador ha demostrado ser una de las figuras más interesantes del panorama musical de los últimos 35 años.
Spaltklang se formó en 2001, y según las propias palabras de Markus, su intención fue crear con instrumentos modernos un “Broken Consort”, término acuñado en el siglo XVII que hacía referencia a una formación en la que convivían instrumentos de distintas familias, con la intención de crear un “sonido dividido”, que es justamente lo que significa Spaltklang en alemán. De esta manera, Markuss se encargaba tanto del saxo tenor como del soprano, sustituyendo las flautas dulces originales, Olivier Voght de la viola, reemplazando la viola de gamba o el violín, Stephan Brunner del bajo eléctrico, en el papel del antiguo laud, y Remy Sträuli a la batería y los teclados.
En un principio, la intención era que la banda interpretase antiguos temas ya compuestos para Überfall que no se habían grabado aún, y algunas composiciones que hasta el momento sólo se habían interpretado en formación de trio, pero al final Markuss no pudo contenerse y comenzó a añadir partes y a modificar las existentes hasta que los antiguos temas quedaron prácticamente irreconocibles, y a partir del tercer álbum comenzó a escribir material exclusivamente para el cuarteto.
Su primer disco, “Alpenglühen”, fue grabado en directo en estudio el 20 y el 21 de febrero de 2002, y en él encontramos una extraordinaria y original mezcla de jazz y música contemporánea, con toques de rock y detalles “progresivos”.
El disco comienza de forma contundente con “Wie Einst Im Mai” (4’25), una pieza muy pegadiza, compuesta en 1987 y grabada por vez primera por Überfall en 1991. Cuenta con un bajo muy potente, un fantástico y desgarrador saxo tenor, y arreglos de viola que añaden el aire clásico. Todo esto me recuerda mucho al sonido de algunos de los temas de la banda norteamericana Curlew, pero al comentárselo a Markus me dijo que le resultaba curiosa mi apreciación, ya que cuando él grabo este disco no conocía a la banda de George Cartwright. Este es uno de los muchos ejemplos que podemos encontrar de como músicos de sitios diferentes, sin conocerse de nada, comparten ideas y sonidos similares Tras este temazo le toca el turno a “Unexpexted” (14’40), con un principio de soundscapes muy atmosférico, con la viola apoyando a los teclados primero, para quedarse sola después, dotando a la pieza de un ambiente dramático, hasta la entrada de el resto de los instrumentos. Los ritmos se van sucediendo, con el bajo muy presente, la batería inquieta, y los saxos, tanto soprano como tenor, alternándose y jugueteando con la viola. estamos ante una composición que juega con los ambientes, con las pausas, pasando de momentos casi contemplativos a otros de gran intensidad. Una joya que da paso a “Immer Wieder” (8’14), que de los aires contemporaneos de los momentos iniciales, con la viola y los platos, pasa a pasajes que por momentos podrían recordarnos a King Crimson, con ritmos entrecortados, y una gran trabajo de saxo soprano y viola, sincronizados de forma magistral con la compleja sección rítmica.
El cuarto corte del Cd es el que da título al disco, “Alpenglühen” (8’42), con un saxo tenor inicial maravilloso, arropado por el resto de instrumentos, que da paso, poco a poco, a uno de los mejores momentos del álbum, una original parte de música de cámara, iniciada por la viola en solitario, para después entrar el saxo soprano, el bajo y la batería,creando preciosa figuras que actuan como pequeñas piezas de un puzzle que van combinándose sin prisas para conseguir un cuadro de gran belleza. Una obra maestra seguida de tres miniaturas que combinan las influencias clásica con las del jazz y la improvisación, “Joker” (1’01), “Bambus” (1’15) y “Sülz” (1’04), que a su vez dan paso a otra de las melodias más reconocibles del álbum, “A Dance Tune” (5’27), que comienza con un duelo fantástico entre el saxo y tenor y la batería, para entrar después el bajo y la viola e interpretar la pieza central, con ciertos aires medievales. Y terminamos con otra gran melodia, la interpretada con saxo soprano, bajo y viola en “Ewig” (5’30), que se alterna con momentos improvisados de bajo y batería y saxo, y con “K 1 Full Blow” (6’41), una pieza relajada, que consiste en un pausado desarrollo de saxo soprano, sobre percusión y una hipnótica línea de bajo, al que después se le une la viola, para quedarse al final esta sola con detalles de teclado. Fue grabada por vez primera por Ulterior Lux en 1990.
Tras este gran debut, la banda tardaría casi dos años en volver al estudio de grabación. Lo hicieron los días 30 y 31 de enero de 2004, y con la misma formación, y por lo tanto, la misma instrumentación, registraron su segundo disco, “Surprise”. Las mismas claves, el mismo sonido, buenas composiciones, y quizás una mayor sinergia entre los músicos es lo que caracterizan este disco, donde destaca la contundencia de la sección rítmica, apoyada por los teclados, y como no, la combinación excepcional del saxo y la viola.
“Surprise” se abre con una bonita melodía de viola que nos adentra en “Inmitten” (5’31), una de las mejores composiciones del grupo hasta el momento. Intensa, con un poderoso saxo tenor y la viola encargándose de las melodías, y la habitual parte central, más cercana a la música de cámara, con la viola y el sintetizador como protagonistas. Le sigue otra joya, “Überall” (6’54), llena de vida, con constantes quiebros y cambios de ritmo que le dan un aire “progresivo”, y donde vuelven a combinarse las oscuridad y el clasicismo de algunas partes de viola, con fondos de teclado y potentes bajos, con ritmos dinámicos, más propios del jazz o el rock, con buenos solos tanto de Stauss como de Vogt. Esta pieza se compuso en 1988 y fue grabado por ÜBerfall en 1991. “Patterns” (7’08) tiene un aire más minimalista, y nos ofrece de nuevo la unión de tranquilos pasajes de saxo y viola, con bases etéreas de teclado, y un fantástico solo de Stauss, con una base rítmica potente y algo rota. Más clásico suena el siguiente corte, “Sadness” (7’07), con el saxo soprano y las cuerdas encargándose de la ejecución de la bonita melodía principal, aunque también hay espacio para una parte central más jazzística, con el saxo y la viola jugueteando sobre una crimsoniana sección rítmica.
Y pasamos al ecuador del disco con “Irgendwo” (7’48), otro tema de Überfall de 1991, denso, con muchos silencios, algo minimalista, con un impresionante final donde el bajo de Brunner y la batería de Sträuli llegan a cotas de excelencia altísimas. Le siguen dos composiciones de aires circenses. La primera es “Spuren” (5’36), rápida, cambiante, con algunos momentos que pueden recordarnos a King Crimson, sobretodo por el potente y distorsionado bajo y la batería, con momentos geniales de viola y saxo. La segunda es “Flammen” (7’49), que cuenta tanto con momentos de improvisación colectiva más cercanos al jazz, como con melodías propias de la música clásica, en otro excelente ejercicio de acercamiento entre estos dos mundos. Y para terminar, “So Weit Das Auge Reicht” (5’39), un tema directo, pegadizo, con cierto aire oriental, con un tremendo solo de saxo muy rítmico que contrasta con el solo de viola, oscuro, sobre una profunda base de bajo. Una maravilla que supone un broche de oro para este segundo trabajo de Spaltklang.
Tendriamos que esperar otros dos años para disfrutar de un nuevo trabajo de Spaltklang, pero el resultado valió la pena. “Lontano”, grabado en directo en el estudio los días 6 y 7 de marzo de 2006, y publicado por Fazzul poco después, es una verdadera maravilla. La formación es idéntica a los de sus anteriores trabajos, es decir, Markus Stauss (saxo tenor, saxo soprano y saxo bajo), Oliver Vogt (viola y violín), Stephan Brunner (bajo eléctrico) y Remy Sträuli (batería y teclados)
En álbum comienza con una extraña miniatura, “Antipasto” (1’00), que es la primera de las cuatro partes repartidas por el disco que integran la composición “A Dinner in Honour of John Cage”, en la que Stauss homenajea al compositor norteamericano. Después, el saxo y un impresionante ritmo de bajo nos adentran en “Nachher” (9’29), una de esas joyas que desafían los limites de estilos como el jazz, el rock o el avant-garde, con efluvios de oriente medio y una gran energía, estando sublimes los cuatro músicos. Seguimos con la segunda miniatura, “Primo” (1’03), más percusiva, que da paso a “Der Wurm” (9’28), otro temazo, más rockero, con cierto aire crimsoniano, una compleja y variada sección rítmica, preciosos pasajes de saxo y viola, y como no, una parte central de clásica contemporánea.
Otro gran momento del disco es la llegada de “1+4” (10’31), con una introducción grave, misteriosa, que también puede recordarnos a los King Crimson de “Lark Tongues in Aspic”, con un profundo bajo, viola y percusión. La solemne y preciosa melodía principal de tintes asiáticos aparece y desaparece entre solos de saxo y viola aderezados con constantes cambios de ritmo. Una joya seguida de la inquietante tercera parte de la cena homenaje a John Cage, “Secondo” (1’06), y de una de las composiciones más pegadizas del disco, “Old and New” (6’04), con Stauss tremendo al saxo en la melodía principal, su parte contemporánea de cuerda, percusión y efectos electrónicos, sabores de oriente medio en el solo de viola, y regreso al motivo original.
Y entramos en la última recta del disco con “Berg & Tal” (6’42), rítmica, rota, cambiante, con pasajes lentos y rápidos, seguida de la cuarta y última miniatura, “Dessert” (1’01) y un estupendo corte final como “Another Dance Tune” (5’02), con aires medievales, un bajo funky y una preciosa melodía, que nos dejan un gran sabor de boca, y la sensación de que Spaltklang no hace más que superarse constantemente.
Para disfrutar de la siguiente aventura musical de este cuarteto (y la última antes de cambiar de formación), habría que esperar hasta 2009. Los días 2,3 y 4 de marzo de grabó en directo, en los estudios Ton-Art, el cuarto disco de Spaltklang, “En Suite”. La música sigue las mismas pautas que en anteriores trabajos, pero aquí la solidez y la contundencia de la sección rítmica compuesta por Sträuli y Brunner es, si cabe, mayor, con Stauss y Vogt combinando los vientos y las cuerdas de manera sublime, riéndose de los límites que supuestamente separan unos estilos de otros.
El Cd se abre con golpes sobre una superficie de metal. Es “Amouse-Bouche” (1’10), que nos adentra en el disco hasta llegar a una emotiva entrada de saxo tenor, al más puro estilo Gato Barbieri, marcando el principio de “Von Anbeginn” (13’39), una auténtica joya que cuenta además con un gran riff rockero de viola, muchos e imaginativos cambios de ritmo y preciosos pasajes centrales. Le sigue “Heartbeat” (5’08), mucho más directo, que tras un inicio de viola clásico, seguido por la sección rítmica y el saxo soprano, nos ofrece un ritmo obsesivo, que nos hipnotiza, y nos sorprende con sus cambios de intensidad. Destacar el maravilloso solo de viola de Oliver Vogt. El corte que da título al disco, “En Suite” (11’56) es otro de los grandes momentos de la audición. Comienza con unas bonitas figuras independientes de saxo y viola, que se combinan y se mezclan de forma magistral, arropados por el bajo y la batería. El bajo se queda solo, y llega un bonito solo de saxo tenor, acompañado de percusiones, que nos atrapa para conducirnos, a través de paisajes de gran belleza, hacía un gran final, apoteósico, que sin duda es de lo mejor que la banda ha grabado nunca.
Más concisa y directa resulta “Ideen” (7’48), de carácter más rockero, con la viola haciendo prácticamente de guitarra, una línea de bajo brutal, algo funky, y un gran solo de saxo tenor sobre una base rítmica espectacular. Continuamos con “Evocazione” (9’13), que como su título indica, nos mantiene en un estado meditativo, con pasajes clásicos de saxo y viola, sobre unos grooves evocadores, que se van intensificando al pasar los minutos. Una pieza estremecedora que nos lleva de nuevo al terreno del jazz rock en “Open Directions” (5’50), con Markus Stauss realmente brutal con el saxo, haciendo solos jazzísticos sobre una base de rock, que suena aún más fuerte al contrastar con la preciosa parte central, más clásica, de viola. Y para terminar, una nueva miniatura de gran belleza, “Molto lento” (2’11), que pone punto y final no sólo al disco, sino también a esta formación de Spaltklang que tan bien había funcionado durante años.
Cuando parecía que ya no íbamos a escuchar más el nombre de Spaltklang, el sello Altrock nos sorprendió con un nuevo Cd de la banda, “In Between”. Grabado el 13 y 14 de febrero de 2013, cuatro años después que su antecesor, nos muestra una nueva faceta del proyecto de Stauss. El cuarteto se ha convertido en un quinteto, el bajo eléctrico ha sido sustituido por un contrabajo, y la viola por una guitarra y trompeta. De esta manera, la formación queda así:
-Markus Stauss: Saxo tenor y soprano
-Remy Sträuli: Batería
-Francesco Zago: Guitarra, Loops
-Richard Koch: Trompeta
-Christian Weber: Contrabajo.
Solamente al escuchar el comienzo de contrabajo, batería y saxo tenor, de aires “free”, de “Look For…” (12’58) notamos una tendencia más jazzística, aunque también notamos ese carácter rockero en la compleja melodía, con ciertas semejanzas a los riffs de Black Sabbath, el amor por la improvisación, con la trompeta, el saxo y la guitarra combinando figuras para crear una imagen consistente o el interés por la música contemporánea en las partes de trompeta y contrabajo tocado con arco. La pieza termina con una parte cercana al blues, con un precioso solo de saxo tenor. “In Between” (9’32), la composición que da título al disco, comienza con un riff potente de guitarra, con toda la banda apoyándolo, para de repente entrar una sección más dispersa, improvisada, con misteriosas percusiones y bajo con arco como base. Después le toca el turno a la guitarra y la trompeta, que dialogan tranquilamente hasta que entra de nuevo la sección rítmica. Mención especial para Zago, que consigue sacarle a su instrumento bellos sonidos. Más pegadiza y directa resulta “4 Elements” (12’54), cercana al jazz rock, con un precioso riff inicial de vientos al más puro estilo Zappa, precedido de un bonito solo de guitarra con arreglos de trompeta y saxo, y otro de trompeta sobre un ritmo diferente y alucinante. Donde la guitarra acompaña a la sección rítmica. Entonces llega una de esas habituales secciones de Spaltklang más lenta, misteriosa, cercana a la música clásica, y que nos acompaña hasta el regreso del ritmo y los solos de saxo y trompeta finales. El disco continúa con “A Suite (in Memory of Cleo)” (10.03), que tras un comienzo improvisado, algo paranoico, nos ofrece un fantástico ritmo hipnótico, sobre el que pasean la trompeta y el saxo soprano. Tras los solos podemos escuchar una relajada sección de trompeta con efectos de guitarra alrededor y percusiones decorándola, que da paso a la entrada del contrabajo y el saxo soprano, regalándonos una de las partes más bonitas del disco. Entonces vuelve el ritmo inicial y la combinación de soprano y trompeta, para terminar de forma pausada. Y para terminar, otra fantástica pieza de jazz contemporáneo, “Ural Fragment” (13’15), compuesta de fraseos cortos y repetitivos de saxo y trompeta, con excelentes cambios de ritmo y buenos solos de Markus, sobre una base rítmica de corte jazístico e intensa.
Un disco que puede desorientar a los amantes de las “antiguos” Spaltklang, pero que marca un nuevo rumbo apasionante no sólo en la carrera de la banda, sino en la del propio Markus Stauss, que sigue sorprendiéndonos con muchos proyectos diferentes tras más de 30 años de carrera discográfica a sus espaldas.
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Francisco Macias