Soulbreaker Company es una banda de Vitoria conocida, sobretodo, en los círculos relacionados con el hard rock y el heavy. Con un sonido repleto de referencias al rock duro de los ’70 y al rock sureño, la banda ha ido evolucionando hacia un sonido más sofisticado, con aires psicodélicos y progresivos, pero sin perder en ningún momento sus raíces más rockeras. “Itaca” es su tercer trabajo, y sin duda alguna, el mejor de los tres que han publicado. Ha sido grabado en el mítico Foel Studio, en Gales, bajo la supervisión de Dave Anderson (sí, el bajista de Amon Duul II, Hawkwind, Groundhogs, y que estuvo a punto de formar parte de Van Der Graaf Generator) y editado tanto en Cd como en vinilo por el fantástico sello Alone Records. La formación está compuesta por:
–Daniel Triñares: Guitarras eléctricas y acústicas
–Jony Moreno: Voz y guitarras acústicas.
–Andoni Ortiz Domingo: Batería y percusión
–Jose Javier Manzanedo: Bajo
–Oscar Gil: Teclados y coros.
–Asier Fernandez: Guitarras eléctricas y acústicas y coros.
Además, la banda cuenta con la excelente colaboración de Kike Guzmán a los saxos y flauta, y con la de Joanne Deacon y Layla Seville a los coros y Fuzz Towshend a la percusión.
El álbum se abre con “It’s Dirt” (9’37) y su comienzo es realmente cautivador. Un teclado de aires espaciales nos recuerdan a Pink Floyd, Eloy, y a otras bandas alemanas de principios de los ’70, algo en lo que también influye el sonido del bajo. La entrada del saxo y posteriormente de la guitarra es de una belleza extrema y nos llevan hasta una parte vocal excepcional, llena de fuerza. Enseguida comprobamos como aquí están mucho más presentes los teclados que en sus anteriores trabajos, y su combinación con el saxo y las guitarras tanto eléctricas como acústicas, tienen un efecto demoledor. Una gran pieza que puede hacer disfrutar a cualquier amante del rock progresivo. Continuamos con “Oh Warsaw” (4’01), un tema más duro, con un bonito sintetizador apoyando las bases de guitarra, muy pegadizo, y que tiene sus mejores momentos durante el solo a dos guitarras y sobretodo en el solo de saxo, lleno de energía y que le da un cierto toque jazz a la composición. La guitarra acústica nos conduce a “Sow The Roses” (4’37) , una balada excepcional, épica, con un trabajo de guitarras sobresaliente. Me encanta el solo de guitarra y la profundidad que le otorgan el apoyo de los teclados. Creo recordar que será el primer single del disco y me parece una elección muy acertada.
El siguiente corte es “Rude Perfume” (3’29), con un riff de guitarra duro, unos detalles preciosos de órgano Hammond, una sección rítmica demoledora y una nueva demostración de Jony Moreno de cómo se canta un tema de estas características. Sin pausa comienza “Colours Of The Fire” (5’42), un tema donde contrasta el ambiente misterioso de las primeras estrofas, con el sintetizador y la percusión como principales responsables, con un estribillo con reminiscencias heavys, difícil de olvidar y perfecto para ser cantado en directo. Me gustan mucho también los detalles de órgano Hammond. Y llega otro momento relativamente tranquilo del disco con “Where Mermaids Sing Loud” (4’19), que cuenta con una buena base de piano y guitarra, una gran interpretación vocal y una de las mejores letras del álbum.
Uno de los grandes momentos de “Itaca” llega con “No Way Back Home” (4’40). Tras un potente principio con la guitarra y el órgano como protagonistas, nos encontramos con una parte vocal con un bonito apoyo de sintetizador y detalles de flauta, que desemboca en un fantástico solo de guitarra y un impresionante extracto instrumental con un bajo continuo, tranquilo, fondo de teclado y un precioso solo de saxo que alcanza el climax cuando Jony grita el título de la canción y toda la banda se apunta a la fiesta. ¡Apoteósico!
Una bonita melodía marca el comienzo de “Hail While She Leaves” (3’55) , otra balada cuyo estribillo me trae a la memoria algunos temas de Aerosmith, y en el que destaca la combinación del Hammond tanto con las guitarras eléctricas como acústicas. Le sigue “Take a Seat on the Moon” (4’54), una pieza rockera con un acompañamiento de piano algo simple , que tiene su mejor momento durante el solo de saxo, y “Saviours” (3’33) , de raíces setenteras, con un riff bastante zeppeliano. El final del disco es muy bueno, gracias a “Sandstorm” (7’10). Tiene un buen inicio, pausado, con flauta, órgano y toques de guitarra. El órgano acompaña las partes vocales, y al final de cada estrofa el teclado aparece con aires épicos. De pronto, entra un riff de guitarra bastante heavy, con un buen acompañamiento de órgano y punteos de guitarra. Me gusta mucho el solo de Hammond y el posterior extracto instrumental, muy elegante, con un bajo muy presente, platillos y una bella melodía de guitarra, que nos lleva hasta el final de la pieza de forma relajada. Una forma magnífica de terminar un álbum que sin duda alguna, es uno de los mejores de los que se han publicado en este país a lo largo del año, y que marca una nueva etapa de esta banda vasca que parece tener muchas cosas que decir en el panorama del rock nacional de calidad.
Francisco Macias
illor, traete el vinilo pa la tienda que ya mismo me paso!
David.
Jaja, creo que sale la semana que viene.