Shylock es, sin duda, uno de los mejores grupos progresivos que ha dado Francia. La calidad de sus dos discos es increible, y lo demuestra el hecho de que con tan poca producción discográfica se hayan convertido en clásicos dentro de nuestro pequeño mundo prog.
Los orígenes de la banda se remontan a 1974, cuando el teclista Didier Lustig y el baterista André Fisichella abandonan el grupo Fusion (que se dedicaba a hacer versiones de temas de rock británico) y conocen al guitarrista y bajista Frederic L´Eppe. Los tres comparten su afición al rock progresivo, la fusión y la música clásica, y forman Shylock (tomaron el nombre buscando en el diccionario palabras llamativas, sin saber que era también el nombre de un personaje de Shakespeare). El verano de 1974 lo pasan en St. Dalmas, un pequeño pueblo de los Alpes, donde el alcalde les cede la iglesia como local de ensayo. Es aquí donde realmente comienzan a conocerse como músicos, y componen sus tres primeros temas a los que sencillamente titulan con números segun su orden de composición. Los viajes a St. Dalmas, y por lo tanto los ensayos en común, se restringen a periodos vacacionales, pero aún así, el grupo sigue adelante, hasta que en Abril de 1975 celebran su primer concierto en un club de su ciudad natal, Niza. Las actuaciones se van sucediendo, y en Junio de 1975 alquilan un estudio de grabación y crean su primer álbum, “Gialorgues” ( el título es el nombre de una montaña que se veia desde la iglesia de St. Dalmas en la que ensayaban). Por desgracia, en los meses siguientes, el grupo no logra encontrar ninguna casa discográfica, así que a principios de 1977 deciden publicar ellos mismos el disco, con una tirada de 1500 copias. Gracias a esto, el nombre de Shylock comienza a sonar en los circulos musicales locales, y de la mano de su manager Christian Gouttenoire, el disco llega a CBS, que decide firmar un contrato con la banda, y reeditar el disco a principios de 1978. Para mi, este es un álbum fantástico. Se abre con “Le Quatrieme” (13’05), un tema que contiene todas las claves del grupo: un teclado magnífico (en ocasiones me recuerda al de Tony Banks) y una guitarra con un sonido realmente bonito, que aunque a veces pueda traernos a la memoria a Mr. Fripp, se convierte en algo muy caracterítico de la banda por las melodias que con ella interpreta. Además, la música adquiere fuerza por momentos, el bajo y la batería reclaman la atención constantemente, y aunque hay partes con tintes oscuros y más complejas (muy crimsonianas), nunca se pierde de vista la melodia. El segundo corte del álbum es “Le Sixieme” (3’50), un bonito tema de guitarra con ritmo de marcha militar, que se va crimsonizando por momentos. Y el plato fuerte llega con “Le Cinquieme” (18’54), en la que se alternan a la perfección las partes melódicas con las partes más obsesivas, siempre con la guitarra como protagonista, aunque el teclado y la sección rítmica no se quedan atrás en ningún momento. La reedición en CD de Musea nos ofrece cinco bonus tracks grabados en 1981 por Frederic L´Eppe y Didier Lustig y que están bastante bien. Temas cortos, melódicos y en ocasiones algo ambientales.
“Gialorgues” vendió 3.000 copias, y esto hizo que CBS decidiera seguir apoyando al grupo para que publicara un nuevo álbum. Se grabaría en Abril de 1978 en los estudios Aquarius, en Ginebra, uno de los mejores de Europa en aquel momento. El ingeniero de sonido fue Jean Ristori, compañero de Patrick Moraz en Mainhorse, y en los créditos nos encontramos a un nuevo miembro, el bajista Serge Summa. Como título del disco se eligió el nombre de un capítulo de un libro sobre Cristobal Colón, “Ile De Fievre”.
Estamos ante una obra más compleja, más madura, grabada con mejores medios técnicos, y que cuenta con composiciones magníficas. Es el caso del tema que abre y da título al álbum, que para mi es el mejor de la banda y uno de los mejores que he escuchado nunca. Trece minutos de potencia y belleza en estado puro. Los cambios de ritmo son constantes, y el bajo y la batería hacen un trabajo increible. La guitarra y el teclado suenan parecidos a su anterior disco y están perfectamente ensamblados. Detalles de King Crimson y Génesis, pero sin pasarse. ¡Una verdadera locura de canción!¡Increible!.
Le sigue “Le Song des Capucines” (5’37), tema improvisado en las sesiones de grabación, que recuerda a Fripp y compañia. Un buen ejemplo de la gran capacidad de los miembros de Shylock.
El tercer tema es “Choral” (1’52), interpretado con mellotrón, y que es un extracto de la primera composición del grupo, hecha en Julio de 1974. Un tema emotivo, que contrasta con el siguiente corte, “Himogene” (5’15), compuesto en el estudio de grabación, y que pone el punto “fusionero” al álbum. Le sigue “Lierre D’ Aujourd Hui” (2’19), otra misteriosa improvisación bastante oscura. Para cerrar el álbum, “Laocksetal” (10’27), que nos remonta al verano de 1977, cuando los miembros del grupo, tras un año de inactividad debido al cumplimiento del servicio militar, se encontraron de nuevo en St. Dalmas con la necesidad de componer rapidamente nuevos temas para su segundo disco. Esta presión les produjo una fuerte falta de inspiración y creatividad. Poco a poco fueron cogiendo el ritmo, y lo primero que compusieron fue este complejo tema. Ellos mismos reconocieron que mediante las disonancias, los contrastes y los cambios de ritmo, intentaron expresar la frustración y la tensión que sintieron durante este periodo de sequia creativa.
“Ile De Fievre” se publicó en Junio de 1978 y vendió 3.000 copias, pero esta vez a CBS no le hizo mucha gracia. Invitaron al grupo a hacer música más comercial. Lo intentaron, pero a CBS no le convenció el resultado, así que rompió el contrato que tenia con ellos. A finales de 1979, Shylock desaparece como grupo. Sus últimas sesiones de grabación se hicieron en Niza, y de ahí sale “Le Dernier” (9’12), una preciosa instrumental que se incluye en la reedición de Musea de “Ile De Fievre”.
Francisco Macias