Cuando pienso en grupos de músicas progresivas actuales, uno de los primeros que se me pasan por la cabeza son los californianos Secret Chiefs III, y no tengo muy claro que el estilo en el que se suelen enmarcar sea ni mucho menos el rock progresivo. Su actitud es tan escandalosamente abierta que se salen de un encuadre tradicional. En su música podemos encontrar rock, metal, surf, música académica contemporánea, música árabe, electrónica, y una enorme influencia de la música cinematográfica. Esta banda, de hecho, tiene discos centrados en algunos de estos géneros concretos e, incluso, subagrupaciones centradas en la ejecución de un género u otro (pero no suele ser desde una perspectiva pura, siempre hay algo de «lo demás» en sus discos). Algunas tienen álbumes bajo su propio nombre, y siempre están bajo la dirección del líder de todo esto: Trey Spruance, que algunos conocerán por ser cofundador de Mr. Bungle.
En esta concepción tan particular de la música es difícil de ubicar un referente, aunque creo que los Naked City de John Zorn, con el que han colaborado, son un buen punto de partida. La música de Secret Chiefs III es muy variada y cambiante, pero quizá no llegue a los niveles tan extremos de los neoyorkinos. Éstos tienden con frecuencia al collage sonoro, usando partes independientes entre sí para formar un todo, mientras que los californianos hacen una música menos radical y más discursiva, con una mayor búsqueda de la coherencia interna entre las partes. Lo que sí que comparten es esa influencia de la música cinematográfica, los ecos de la música surf, académica… y ese «todo vale» para llenar su paleta de colores.
El disco que propongo hoy es el último publicado a su nombre hasta ahora: Book of Souls: Folio A. Se supone que es un álbum dividido en dos mitades, de las cuales por ahora sólo contamos con esta primera. La variedad es absoluta: caña árabe, bandas sonoras (Hacen una fantástica versión de la B.S. de Halloween de John Carpenter), rock alternativo, electrónica, vanguardia de estilo académico e, incluso, una gran versión de «La Chanson de Jacky», de Jacques Brel. La cantidad de arreglos y detalles de este disco es abrumadora; unos detalles grabados a lo largo de años por montones de músicos en diferentes lugares y sesiones. Trey Spruance ha hecho un producto casi de laboratorio con este disco: puro estudio y producción. Y el resultado es espectacular. El sonido es buenísimo, quizá un pelín frío por su concepción y tratamiento, pero la mezcla de los recursos electrónicos con lo acústico le aporta un sentido orgánico muy especial a los temas. En general, estamos ante una obra de una calidad impresionante: composiciones, arreglos, producción…
El tema elegido es «Scorched Earth Saturnalia», interpretado por la subagrupación FORMS. Está concebido como un ballet-suite en cuatro movimientos, y es la pieza más larga, compleja y rica en detalles del disco: un tema melódico inicial muy gótico arreglado muy al estilo de Danny Elfman, detalles electrónicos y elementos académicos contemporáneos. Puede recordar a piezas de Rock en oposición y avant-rock contemporáneas por la enorme complejidad rítmica, armónica y tímbrica empleada… pero es un tema que trasciende estilos y que no se queda ni mucho menos en los clichés. Sin duda es una enorme muestra de esa capacidad para fundir músicas muy dispares y crear algo de una originalidad y frescura arrolladoras sin resultar un pastiche amorfo. Si me preguntan por cómo es el tipo de músicas progresivas más interesante que puedo escuchar hoy en día, estoy seguro de que uno de los ejemplos que pondría sería esto. Disfrútalo, porque es impresionante.
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