El sello Eclectic acaba de remasterizar y reeditar el único álbum de la banda británica Samurai ( no confundir con la banda japonesa afincada en Inglaterra), publicado en 1971. Lo primero de lo que uno se da cuenta cuando ve los créditos del disco es que los músicos son los mismos que los de la banda Web un año antes, cuando estos publicaron “I Spider”. Y es que realmente es la misma banda, es decir, Dave Lawson ( voz y teclados), Tony Edwards ( guitarras), John Eaton (bajo), Kenny Beveridge ( batería) y Lennie Wright ( batería, percusión y vibráfono). El único miembro de Web que falta es el saxofonista Tom Harris, que en la grabación de “Samurai” fue sustituido por dos músicos de sesión, Tony Roberts ( saxo, flauta y clarinete bajo) y Don Fay ( saxo y flauta). Parece ser que se cambiaron el nombre debido a que estaban hartos que en los conciertos y en las revistas lo escribieran mal constantemente. En lugar de “Web” ponian “The Web” o “Webb”, etc…
Con un cierto aire crimsoniano comienza “Maudie James” (4’55), una fantástica pieza con los saxos como protagonistas. Las partes solistas, con la percusión muy presente, son de lo mejor del disco. Es curioso como estos músicos son capaces de sacar tanto partido a minutajes más bien cortos. Lo mismo pasa con “Holy Padlock” (4’42), que en poco tiempo nos ofrece varios cambios de ritmo y buenos detalles de piano, saxo, guitarra acústica, órgano, etc…¡Fantastica!. De forma contundente comienza “ Give a Little Love” ( 3’39), el tema más rockero del disco, con un riff típico de los ’70, pero siempre efectivo.
“Face In the Mirror” (6’43) comienza de forma similar a “Killer” de Van Der Graaf Generator, o por lo menos a mí me la recuerda, aunque el riff de saxo no sea tan marcado. Es un tema con cierto aire jazzístico, y que tiene su mejor momento en el solo de guitarra, algo Frippiano en su ejecución, y muy bien arropado por el órgano y el saxo.
Y para terminar “As I Dried The Tears Away” (8’09), en la que se combina a la perfección la fuerza y la sensibilidad, sobretodo en los primeros minutos, durante los cuales me viene a la memoria los Crimson de “Lizard”. Las partes instrumentales son fantásticas, con el órgano como protagonista.
Así termina el único trabajo de Samurai. Debido a que la posterior gira no fue del agrado de los componentes de la banda, ya que la hicieron sin saxofonista, y se notó demasiado, y que cada uno tenía sus propios planes, la banda se disolvió enseguida. Sin ser una obra maestra, este álbum es un buen ejemplo de las inquietudes y el talento tan enorme de muchas de las desconocidas bandas británicas de principios de los ’70. Escuchadlo y no os arrepentireis.