Tras cinco años de un relativo silencio, October Equus acaba de publicar su quinto álbum de estudio, “Presagios”. Un disco muy esperado, ya que su gestación comenzó en 2012 tras la publicación de “Saturnal” (Altrock,2011). La disolución de la amplia formación que grabó este gran trabajo hizo que sólo se registraran en su momento las partes de teclado y violonchelo del que tendría que haber sido su siguiente obra. Después la banda editó “Permafrost” (OctoberXart,2013), en formación de cuarteto, y el directo “Live At R.I.O Festival 2014” (OctoberXart,2014), siempre sin perder de vista el reanudar la grabación de “Presagios”. En 2017 el nucleo de la banda entra en contacto con la flautista Yolanda Alba Rodriguez y el fagotista John Falcone, grabando sus partes para el nuevo disco, y en 2018 se incluyen todas las baterías, gracias a Piotr Talalay, habitual colaborador de Ángel Ontalva en sus proyectos en Rusia. El resultado lo tenemos ahora en nuestras manos, y realmente la espera ha valido la pena.
Aunque la música de “Presagios” puede encuadrarse en el “Rock En Oposición”, y de hecho, la aparición del fagot en su instrumentación nos trae a la mente a bandas como Henry Cow o Univers Zero, una audición más profunda nos sumerge en un universo propio que tanto la banda como el propio Ángel Ontalva, a través de sus innumerables proyectos en solitario, han ido creando a través de los años. Una música que como el propio Ángel ha comentado alguna vez, posee una dimensión melódica y emocional que en mi opinión no siempre se encuentra en formaciones actuales de R.I.O, y que hacen de este álbum un disco realmente especial. Rock progresivo instrumental, con influencias de la música clásica de los últimos dos siglos, del jazz y el avant-garde, interpretado por un excepcional septeto:
-Ángel Ontalva: guitarra
-Amanda Pazos Cosse: bajo
-Victor Rodríguez: teclados
-Piotr Talalay: batería
-Pablo Ortega: violonchelo
-John Falcone: fagot
–Yolanda Alba Rodríguez: flauta
El disco se abre con la fantástica pieza de Ontalva “Pneuma” (4’28), en la que los distintos instrumentos se presentan mediante frases breves entrelazadas, sobre un ritmo entrecortado, que enseguida nos indica donde nos estamos metiendo. Constantes cambios, marca de la casa, y una sensación de incredulidad ante como se puede meter tanta información en tan poco tiempo. Una pieza de un colorido y una riqueza de sonidos enorme que da paso a “Intermitencias” (3’39), composición de Victor Rodríguez, que comienza de forma clásica con la combinación de flauta, fagot y violonchelo, para después entrar un ritmo obsesivo de guitarra junto a la excelente sección rítmica y el teclado. Cambios abundantes y algunos momentos más lentos que me recuerdan a Gentle Giant o Gryphon por segundos.
El tercer corte, compuesto por Ontalva este mismo año, es una preciosa miniatura titulada “Singular” (2’07). Una combinación de órgano, guitarra, fagot y bajo, que me recuerda a algunas melodías propias del Sonido Canterbury, y que nos conduce a otra de las grandes piezas del guitarrista, “Estelas” (3’36), con una bonita melodía de violonchelo y guitarra paseando sobre un fantástico ritmo quebrado, en el que el piano eléctrico apoya a la inquieta sección rítmica. Si en este tema alguien ha echado en falta la flauta y el fagot, disfrutará enormemente con la composición de Victor, “Ceniza” (2’50) en el que estos dos instrumentos tienen mucho protagonismo. También podemos escuchar un pequeño y formidable duelo entre el órgano y la guitarra, todo ello sobre el obsesivo bajo de Amanda Pazos y la gran batería de Piotr Talalay.
Ángel Ontalva vuelve a demostrarnos lo buen compositor que es en “Igneo” (4’50), que comienza con un teclado de ambiente, fraséos de guitarra y una excelente batería, que va adquiriendo importancia poco a poco hasta que marca un ritmo fantástico junto con el bajo de Amanda, y sobre el que se desarrolla la melodía de teclado. También podemos escuchar unas “galopadas” de fagot y guitarra que me recuerdan a “The Talking Drum” de King Crimson por momentos, y que nos lleva hasta una última parte excepcional, muy variada, con bonitos momentos de flauta, violonchelo y teclado. De forma casi religiosa llega “Oculto” (1’54), preciosa y corta composición de Victor Rodríguez, con una gran combinación de órgano, violonchelo y flauta, y detalles de percusión. Victor también es el responsable de “Presagio” (4’48), con un inicio de fagot, flauta, violonchelo y guitarra y que nos sumerge en una de las mejores piezas del disco. Os recomiendo que la escuchéis atentamente, porque es realmente impresionante la variedad y la belleza de la música que hay en su interior. Le sigue “Secrag” (2’10), otra de los últimos temas que Ontava grabó para el álbum, dedicada a Ignacio Garcés, uno de sus productores ejecutivos y amigo de la banda, con el fagot, la guitarra el órgano y el bajo intercalando frases de una manera muy particular que me recuerda a los juegos vocales de Gentle Giant. Ángel también es el autor de “Céfiro” (5.43), otro tema enorme, repleto de capas y detalles. Me encantan el pequeño solo de fagot de Falcone, con detalles de guitarra, sobre una hipnótica base de bajo y batería, y el sonido de la guitarra de Ángel cuando sobresale del resto.
Y para terminar, una verdadera maravilla, “Sombra” (5’41), de Victor Rodríguez. Desde que comienza la melodía de flauta, de gran belleza, nos damos cuenta del gran tema que tenemos delante. Una melodía que después ejecuta Ángel , rodeado de detalles de fagot, violonchelo y flauta, siendo también él el responsable del precioso solo de guitarra. Un temazo de rock progresivo instrumental, donde el septeto al completo está impresionante, y que cierra el disco de forma soberbia. Un trabajo a la altura de los mejores de October Equus, que nos deja con ganas de más, y que además cuenta con las excelentes ilustraciones del propio Ángel Ontalva.
Francisco Macías
After five years of relative silence, October Equus release their fifth studio album, ‘Presagios’. A long-awaited album, since it began taking form in 2012, right after ‘Saturnal’ (Altrock, 2011) was launched. The split of the large ensemble that recorded that great work meant that only keyboards and cello parts for what would be their next album were recorded at that time. Next, the band released ‘Permafrost’ (OctoberXart, 2013) as a quartet, and then ‘Live at the R.I.O. Festival 2014’ (OctoberXart, 2014), always with the idea of resuming the recording of ‘Presagios’. In 2017 the core of the group crossed paths with flute-player Yolanda Alba Rodríguez and bassoonist John Falcone, who recorded their parts for the new album, and in 2018 drum parts were added thanks to Piotr Talalay, frequent collaborator of Ángel Ontalva in his Russian projects. We have the result now and it was well worth the wait.
Even though ‘Presagios’ can be listed as Rock in Opposition (and, in fact, the inclusion of a bassoon in the instrumentation brings to mind bands such as Henry Cow or Univers Zero), a deeper examination takes us to a private universe that both the band and Ángel Ontalva, through his countless solo projects, have been creating over the years. A music that, like Ontalva himself has said, possesses a melodic, emotional aspect that, in my opinion, is not always present in contemporary R.I.O. ensembles and that makes this album truly special. Instrumental progressive rock, influenced by classical music of the last two centuries, by jazz and the avant-garde, played by an exceptional septet:
-Ángel Ontalva: guitar
-Amanda Pazos Cosse: bass guitar
-Victor Rodríguez: keyboards
–Piotr Talalay: drums
-Pablo Ortega: cello
-John Falcone: bassoon
–Yolanda Alba Rodríguez: flute
The album opens with the fantastic Ontalva piece ‘Pneuma’ (4’28), where the various instruments are introduced in the form of brief intertwined phrases over a broken rhythm, which instantly tells us what we are getting into. Constant changes, a trademark of the band, and a feeling of disbelief over how so much information can be provided in such a short span. A very colourful, rich sound piece that gives way to ‘Intermitencias’ (3’39), composed by Víctor Rodríguez, which has a classical start combining flute, bassoon and cello, to later introduce an obsessive guitar beat along the excellent rhythm section and keyboards. Numerous changes and some slower moments that momentarily remind me of Gentle Giant or Gryphon.
The third track, written by Ontalva this very year, is a beautiful miniature called ‘Singular’ (2’07). An amalgam of organ, guitar, bassoon and bass, that brings me back to some Canterbury Sound melodies and which leads us to another major composition of the guitarist’s, ‘Estelas’ (3’36), with a beautiful cello and guitar melody strolling over a superb broken rhythm, with the electric piano supporting the fidgety rhythm section. If anybody missed the flute and bassoon in that piece, they will greatly enjoy Víctor’s ‘Ceniza’ (2’50) with both instruments in a starring role. We can also listen to a little breathtaking organ-and-guitar battle, all of it over Amanda Pazos‘ obsessive bass lines and the Piotr Talalay‘s formidable drums.
Ángel Ontalva proves once again what good a composer he is with ‘Igneo’ (4’50), that opens with atmospheric keyboards, guitar phrases and excellent drums, which gradually become prominent until they set a fantastic beat along with Amanda’s bass, over which the keyboard melody develops. We can also hear some bassoon and guitar ‘gallops’ that remind me at times of King Crimson’s ‘The Talking Drum’ and that leads us to an exceptional, varied last section, with beautiful flute, cello and keyboard moments. Almost religiously comes ‘Oculto’ (2’10), a beautiful short piece by Rodríguez with a great combination of organ, cello and flute, along with some percussion nuances. Víctor is also responsible for ‘Presagio’ (4’48), with an opening of bassoon, flute, cello and guitar that takes us deep into one of the best pieces of the album. I would advise you to listen closely, as the variety and beauty of its music are truly impressive. It is followed by ‘Secrag’ (2’10), another one of the last tracks Ontalva recorded for the album, dedicated to Ignacio Garcés, an executive producer and friend of the band’s. Bassoon, guitar, organ and bass’ phrases follow one another in a very peculiar way, reminiscent of Gentle Giant’s voice games. Ángel also pens ‘Céfiro’ (5’43), another major piece full of layers and nuances. I love Falcone’s little bassoon solo, with guitar details over a hypnotic bass and drums base, and the sound of Ángel’s guitar when it stands out from the rest as well.
At the end, a real wonder, ‘Sombra’ (5’41), by Víctor Rodríguez. Ever since the beautiful flute melody begins, we become aware of how great a piece lies ahead. A melody later played by Ángel, surrounded by bassoon, cello and flute, with him also producing a gorgeous guitar solo. A magnificent prog rock instrumental piece, where the whole septet excels that closes the album superbly. This work is on a par with October Equus‘ best, leaves us craving for more and it also has the excellent illustrations by Ángel Ontalva himself.
Traduccíón: Juan Francisco Andrade