La publicación de un nuevo disco con grabaciones de archivo por parte del sello Cuneiform, es una fantástica excusa para rendir homenaje a uno de los mejores saxofonistas que ha habido, y uno de los grandes músicos del Jazz Británico, Mike Osborne. Todo amante de este género lo conoce muy bien. Formó parte de las primeras formaciones de la orquesta de Mike Westbrook, grabó con John Surman sus primeros trabajos en solitario, con el que formó después el trio S.O.S, junto a Alan Skidmore, estuvo con los Brotherhood of Breath de Chris McGregor y con los Isipingo de Harry Miller,etc….Es muy posible que al hacer una lista de los mejores discos de jazz británico de finales de los ’60 y los ’70, aparezca su nombre en más de la mitad, y además, su propia discografía está llena de maravillas, como “Outback” (1970), “Border Crossing” (1974), “All Night Long” (1976),etc…
Degraciadamente, una enfermedad mental inducida por el consumo de drogas le hizo abandonar la música a principios de los ’80, y permaneció prácticamente recluido en su casa de Hereford hasta su fallecimiento en 2007.
Ahora, Cuneiform edita bajo el título de “Dawn” este nuevo Cd que nos ofrece 10 temas grabados en tres sesiones diferentes entre 1966 y 1970. Los tres primeros fueron grabados en Londres en agosto de 1970 por el mítico trío formado por Mike Osborne (saxo alto), Harry Miller (contrabajo) y Louis Moholo (batería). Estamos ante las primeras grabaciones que estos músicos hicieron juntos, bastantes años antes de la publicación de sus discos. El bloque comienza con “Scotch Pearl” (6’54), un temazo que en realidad es un impresionante solo de Osborne, construido sobre la sólida, enérgica e imaginativa sección rítmica. Partes melódicas y otras cercanas al “free” se combinan a la perfección. Algunos ya conoceréis esta pieza por aparecer, en otra versión, en el directo “All Night Long”. Seguimos con “Dawn” (8’21), otra excelente composición de Osborne, con una melodia de aires orientales, donde destaca el contrabajo tocado con arco de Harry Miller y el trabajo de platillos de Louis Moholo, sobre todo en la primera mitad. Para finalizar, una versión de una pieza de Herbie Hancock, “Jack The Rabbit” (8’34), que apareció originalmente en el álbum “Inventions and Dimensions” (1963). Aquí, nuestro protagonista, nos demuestra de nuevo como es capaz de retorcer el saxo alto, jugando con la melodía principal de forma magistral.
Los siguientes 3 cortes también están interpretados por el trio, y fueron registrados en Londres, en diciembre del mismo año. El primero es “TBC” (10’56), un ejercicio formidable de virtuosismo, fuerza y compenetración. Le sigue “1st” (7’43), una de las melodías más bonitas que compuso Osborne, y que muchos recordaréis por las versiones aparecidas en el álbum “Border Crossings”, o en el disco homónimo de S.O.S, de 1975. Impresionante la combinación de emotividad que produce el saxo con la tensión creada por el contrabajo con arco y la batería. El tercer tema es “TDB” (7’48), pieza muy pegadiza, con mucho swing, que se va acelerando y evolucionando hasta llegar casi al “free”.
Los últimos 4 temas fueron grabados en Londres, el 9 de junio de 1966, nada más y nada menos que en los estudios Regent Sound, bajo la tutela del ingeniero de sonido y productor Eddie Kramer (Hendrix, Beatles, Led Zeppelin…..). Es un documento importantísimo, ya que estamos antes las primeras grabaciones que existen de Mike Osborne, y las segundas del saxofonista John Surman tras la grabación del disco de Peter Lemer, “Local Colour”. Mike Osborne (saxo alto), John Surman (saxo barítono y soprano), Harry Miller (contrabajo) y el gran Alan Jackson (batería) son los encargados de interpretar los temas de este bloque, que está formado por tres versiones y una pieza original. De esta manera, podemos escuchar “Seven By Seven” (5’21) de Pharoah Sanders, “And Now the Queen” (6’24) de Carla Bley y “Agression” (6’24), de Booker Little (muchos la recordaréis por la extensa versión que aparece en el disco “At the Five Spot” de Eric Dolphy), así como la composición de de Osborne “An Idea” (5’39). Al ser una sesión de 1966, la interpretación es más clásica y ordenada de lo que solemos esperar de estos músicos, aunque está repleta de buenos solos y un excelente sentido del ritmo.
Resumiendo, un álbum fundamental para los que amamos el jazz británico, que solemos estar ávidos de este tipo de material, y más cuando tiene tan buen sonido.
Francisco Macias