Tras su debut discográfico en 2013 con “Limiti All’Equaglianza Della Parte Con Il Tutto”, la banda siciliana Homunculus Res, liderada por Dario D’Alessandro, regresa con un maravilloso nuevo disco titulado “Come Si Diventa Ció Che Si Era”, publicado hace unos meses por el sello Altrock. Para los que nunca los hayáis escuchado, deciros que sus principales influencias son las bandas y músicos encuadrados dentro del Sonido Canterbury de finales de los ’60 y principio de los ’70, en su rama más melódica. Parte de estas influencias les llegaron a la banda filtradas a través de Picchio Dal Pozzo, quizás el grupo de rock progresivo italiano de los ’70 con más elementos de este estilo británico que a lo largo de los años se ha ido expandiendo por todo el mundo, sirviendo como referencia a innumerables formaciones de rock progresivo.
La banda está formada por:
-Dario D’Alessandro: voz, guitarra, bajo, teclados, y se encarga de la composición de practicamente todos los temas.
-Davide Di Giovanni: teclados, voz, y algo de bajo, percusión y batería.
-Daniele Di Giovanni. batería y percusión.
-Mauro Turdo. guitarra
-Daniele Crisci: bajo.
Además, la formación se completa con algunos colaboradores de lujo, como el líder y saxofonista de la banda norteamericana The Muffins, Dave Newhouse, uno de los grandes representantes del Sonido Canterbury en Estados Unidos, Aldo De Scalzi, miembro de los míticos Picchio dal Pozzo, de los que hemos hablado anteriormente, y que se encarga de las características partes de órgano Lowrey, o varios teclistas, como Fabrice Chouette, Patrick Dufour, Regal Worm o Paolo Botta, miembro de varios proyectos del sello Altrock, como Yugen, Not A Good Sign o Ske, y que ya participó en el anterior trabajo de la banda.
La instrumental “Operazione Simpatia” (2’10) sirve como introducción al disco. Con un ritmo muy marcado, una bonita melodía de vientos y teclados, y detalles de órgano , nos introduce en una máquina del tiempo para trasladarnos a Canterbury a finales de los ’60. El toque clásico lo pone el oboe y el corno inglés de Giuseppe Turdo. Unas notas de piano eléctrico nos adentra en “Doppiofondo Del Barile” (2’50), con una línea vocal de corte pop, al más puro estilo de Caravan, construida sobre piano eléctrico y guitarra, y con frases cortas de sintetizadores varios, más otro precioso solo de órgano de Aldo De Scalzi. Continuamos con “Vesica Piscis” (6’22), con una melodía también al más puro estilo de los Caravan o los primeros Soft Machine, con frases que podría cantarlas el mismo Robert Wyatt. La parte instrumental es realmente brillante, primero con bonitos momento de piano eléctrico y guitarra, para después, tras un cambio de ritmo sacado de un tema de Soft Machine, entrar los saxos de Dave Newhouse, sobre una hipnótica sección rítmica, para regalarnos unos minutos finales repletos de teclados, con tintes espaciales e influencias de Gong. ¡Genial!
“Dogface Reprise” (1’50) es una pequeño experimento con una parte vocal inspirada en los típicos juegos vocales de Wyatt, y efectos que nos dan la sensación de reproducción de la pieza al revés, que desemboca en la preciosa instrumental “Opodeldoc” (4’26), repleta de cambios de ritmo y con los saxos de Newhouse como protagonistas, con ayuda de Giorgio Trombino, y con detalles de órgano de De Scalzi y de Arp Odissey de Paolo Botta. Le sigue “La Felicitá” (1’26), canción inocente con un final jazzístico, que nos lleva a otra preciosa miniatura instrumental, “Ottaedro” (2’45), con el órgano y los teclados en primer plano y claras influencias de Caravan. El siguiente corte, “Egg Soup” (0’50) es una pequeña composición de Steve Kretzmer, que también interpreta los escasos momentos de piano. En una onda más cercana a The Muffins se encuentra “Belacqua” (3’39), también instrumental, y con predominancia de los vientos de Newhouse y los teclados de D’Alessandro y Botta, extrayéndoles unos sonidos maravillosos.
Tras escuchar nueve cortes más o menos cortos, no esperaba encontrarme una pieza de las dimensiones de “Ospedale Civico” (17’51). Nos ofrece en bandeja buena parte de las claves del sonido de la banda, creando una suite compacta realmente maravillosa. Partes vocales a los Robert Wyatt, en las que destaca el vocalista Wyatt Moss-Wellington, pero que también nos traen a la memoria a Hatfield and The North, constantes cambios de ritmo y pasajes instrumentales sobresalientes. Destacar el trabajo de Dario Lo Cicero con la flauta, tanto en los momentos en los que se combina con el piano eléctrico, como en los que se une a la guitarra, los arreglos de vientos o los sintetizadores. Dave Newhouse, con sus saxos y el clarinete bajo, brilla también dando su sonido característico, lo que nos vuelve a recordar irremediablemente a The Muffins, e incluso en algunos momentos a Happy The Man, también por la utilización de sintetizadores varios. ¡Impresionante!
Los últimos minutos del disco comienzan con “Dogface” (3’40), con una línea vocal muy ligera y bonitos momentos instrumentales, repletos de teclados. Le sigue la insustancial “S Invertita” (0’51), seguida de la bonita instrumental de Davide Di Giovanni, “Paum/” (1’53), donde la voz se utiliza como un instrumento más. Para terminar, otra pieza instrumental, “Schermaglie” (1’50), con una melodía de saxo, guitarra y teclado, que no logra devolvernos a Canterbury sencillamente porque en ningún momento lo hemos abandonado.
En definitiva, un gran disco de rock progresivo, que sin ofrecer nada tremendamente original, logra que los que amamos el Sonido Canterbury y el rock sinfónico italiano de los ’70, disfrutemos como niños con él. Yo, sin duda, lo hago.