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Entradas de la A a la Z

Tras cinco años de un relativo silencio, October Equus acaba de publicar su quinto álbum de estudio, “Presagios”. Un disco muy esperado, ya que su gestación comenzó en 2012 tras la publicación de “Saturnal” (Altrock,2011). La disolución de la amplia formación que grabó este gran trabajo hizo que sólo se registraran en su momento las […]

Es imposible para mí hacer una reseña objetiva sobre este disco, aunque en realidad, no suele ser mi objetivo principal cuando escribo. En este caso, como muchos de los que vais a leer este artículo ya sabéis, tuve el privilegio de asistir a las sesiones de grabación que han dado como resultado este último trabajo […]


El sello Cuneiform acaba de publicar el quinto trabajo de los neoyorquinos Gutbucket, titulado «Flock».Su anterior disco, «A Modest Proposal» me gustó mucho, pero este me ha fascinado. La banda esta formada por el saxofonista Ken Thomson, el guitarrista Ty Citerman, el bajista Eric Rockwin y el baterista Adam D. Gold, teniendo todos y cada uno de ellos un peso enorme en el sonido final de la banda. ¿En que se basa este sonido? . Pues en unas bases rítmicas potentes, imaginativas, inquietas, con un contrabajo eléctrico (una especie de Stick) muy presente (aunque Rockwin utiliza también en ocasiones el contrabajo y el bajo eléctrico), una guitarra indispensable, con influencias de Bill Brovold o Robert Fripp, pero con personalidad propia, que destaca tanto en las bases para las melodías de los vientos o en los efectos, como en los solos, y un saxo alto incisivo, que aunque es el sonido preferido de Thomson, lo alterna habitualmente con el clarinete, el clarinete bajo, saxo soprano, saxo barítono ,etc…A estos elementos le sumamos algunos detalles de piano eléctrico Wurlitzer, tocado por Rockwin y ocasionalmente por Gold, y ya tenemos la música de Gutbucket. Una música que se puede encuadrar en el Downtown neoyorquino, con detalles de RIO y que puede recordarnos a veces a la de bandas como Curlew, Larval, Doctor Nerve, o incluso a los británicos Led Bib, existiendo también algunos detalles que nos traen a la mente a King Crimson. Respecto los temas que componen este álbum, no es fácil destacar unos sobre otros, ya que los 60 minutos que dura el disco me parecen magistrales.

Estamos ante una banda bastante democrática a la hora de componer las canciones, ya que excepto el baterista, que sólo es autor de un tema, los otros tres miembros se reparten de forma equitativa el resto de las piezas, siendo Eric Rockwin el más activo a la hora de componer (en su anterior trabajo, la diferencia era mayor, ya que Rockwin escribió más de la mitad de los temas). Me encanta el principio del disco, con «Fuck You and Your Hipster Tie» (5’59), toda una declaración de principios compuesta por Thomson, con una melodía de saxo muy a lo Led Bib, acompañada por la guitarra y una fuerte presencia del contrabajo eléctrico, sobre todo durante el magnífico solo de saxo alto, y una bonita parte final repleta de figuras de bajo acústico, clarinete contrabajo, guitarra, saxo alto y soprano ,etc…Las otras dos composiciones de Thomson son «dOg Help Us» (6’00), pieza con un potente ritmo entrecortado, que tiene que ser espectacular en directo, con un gran trabajo del saxo alto, apoyado por el barítono y el clarinete contrabajo, y «Give Up» (5’40), que tiene uno de los mejores finales de todo el álbum, con el saxo como protagonista ,una fantástica guitarra de apoyo y una gran sección rítmica. Otros dos temas que me encanta son «Murakami» (6’42), que tiene una preciosa melodía de sólo 4 notas, pero que está interpretada con una gran profundidad y profusión de detalles, con influencias tanto de Larval en la primera parte como de Curlew en la segunda, y «Said the Trapeze to the Gravity (Why Are you So Old?)» (5’27), de una fuerza aplastante, ambas compuestas por el guitarrista Ty Citerman. Mención aparte merece la suite compuesta por Rockwin bajo el nombre de «Born Again Atheist Suite», dividida en tres partes bien diferenciadas. Aquí hay de todo. Bases de guitarra muy rockeras, acompañadas de potentes ritmos de bajo y batería, apoyados en ocasiones por el clarinete bajo y algunos detalles de Wurlitzer, solos de saxo, con partes cercanas al free jazz, y solos de guitarra, con influencias «frippianas» en ocasiones, destacando sobretodo en el final de la tercera parte, «Turning Manischewitz Into Wine» (8’30), en la que la guitarra se combina con el saxo de forma magistral.

En definitiva, un disco impresionante, que no hace más que confirmar el buen estado actual de este tipo de música.

Francisco Macias

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