Tras 13 años de carrera y 12 discos a sus espaldas, la Big Band belga formada por Peter Vermeersch a finales de los ’90, Flat Earth Society, acaba de publicar su trabajo número 13, con el que refuerzan de forma contundente la opinión de los que pensamos que se trata de una de las formaciones más potentes, originales y creativas de las dos últimas décadas. Con fuertes anclajes en el jazz, pero con influencias muy variadas que van desde el rock hasta la música clásica contemporánea, pasando por el cabaret, los aires latinos, la música de cine,etc…, Flat Earth Society vuelve a sorprendernos con un disco mayoritariamente instrumental (sus dos últimos Cds eran muy vocales), de gran fuerza y muy imaginativo. La banda está formada por 15 miembros:
Stefaan Blancke (trombón), Benjamin Boutreur (saxo alto, flauta dulce), Berlinde Deman (tuba y voz), Luc Van Lieshout (trompeta), Bart Maris (trompeta), Michel Mast (saxo tenor), Marc Meeuwissen (trombón), Kristof Roseeuw (contrabajo), Bruno Vansina (saxo alto y barítono), Peter Vandenberghe (piano y teclados), Teun Verbruggen (batería), Pierre Vervloesem (guitarra), Wim Willaert (acordeón y teclados), Tom Wouters (clarinete, vibraphono y voz) y Peter Vermeersch (composición, clarinete y voz).
Con semejante formación, podéis imaginar la cantidad de detalles, las capas de sonido y la riqueza que tiene esta banda. El álbum comienza con influencias del Maestro Zappa en el inicio de “Experiments in the Revival of Organisms” (6’31), pieza con un ritmo y una energía sobresalientes, con unos excelentes solos de saxo y piano eléctrico, grandes arreglos de viento y un bonito final circense de tuba y piano, que ha sido utilizada en directo en varias ocasiones como parte de su proyecto “Hearsee”, que consistía en unir fotogramas de varias películas hasta crear una nueva de 75 minutos y proyectarla en concierto con música original en directo. ¡De lo mejor que han grabado nunca!. Le sigue “Sneak Attack of the Sponges” (3’50), donde la banda se convierte en una especie de orquesta de baile de los años ’20, con cierta base rockera y fantásticos solos de saxo y trompeta. Sin salir del “club”, el grupo interpreta “Patsy” (5’11), de aires cinematográficos y narrada por el cantante británico John Watts. Los vientos se vuelven locos y comienza “Fast Forward” (4’21). Hay que prestar mucha atención para escuchar todas las capas de sonido que crean, hasta que llegan a un impresionante extracto interpretado en formación de trio (piano, contrabajo y batería), donde Peter Vandenberghe está increíble, siendo después sustituido por el guitarrista y volviendo a la melodia inicial con los vientos a todo gas. ¡Increible!. Para descansar un poco los oídos, la banda nos ofrece una preciosa balada, “Six Pine Trees” (3’57), con la melodia interpretada por el clarinete primero y el piano después y los distintos vientos combinándose entre sí y tejiendo el acompañamiento. El disco continua con una versión de “Stoptime Rag” (3’49) del padre del Ragtime, Scott Joplin, y con otra de las grandes composiciones del disco, también utilizada para su espectáculo “Hearsee”, “Raincheck” (11’36). Estamos ante una pieza muy variada, con constantes cambios , que hacen que volemos desde momentos oscuros y misteriosos, cercanos al Rock in Opposition, a partes vocales extrañas, pasando por maravillosos solos de trombón y de teclado con una base cercana al rock, siempre con los vientos acechando y creando lineas diferentes y alternativas que reclaman nuestra atención, para llegar a un bonito romance entre el clarinete y el acordeón, propio de la música contemporánea, cuya influencia continua sin pausa en “Intersections” (4’26), compuesta originalmente por Tom Disselvelt, bajista que solo compuso este tema en 1960. Una pieza inquietante que me recuerda al Zappa más académico y a la que le sigue un tema inclasificable, “Goat’s Wool Without Abbas” (6’34), compuesto originalmente por el líder de la banda, Peter Vermeersch, para un espectáculo mitad ópera mitad circo llamado “Zilke”. De aires judíos, con fantasmales sonidos de teclados y solos de clarinete, trompeta y guitarra supone otro de los momentos más curiosos del disco, que continua con “Betwixt & Between” (4’04), de aires latinos, y otras dos composiciones de “Hearsee”, “Unconditional Lucifer” (4’53), precioso tema lento a lo Carla Bley, cantado por John Watts y Berlinde Deman, y “Meet Luke Deveraux” (5’27), una absoluta maravilla, con claras influencias de Zappa, un ritmo impresionante, una gran melodía y un trabajo de saxos alucinante. Para terminar, “Domination of Black” (7’28), que comienza de forma pausada con una bonita parte narrada, pero que poco a poco va adquiriendo fuerza hasta desembocar en un fantástico solo de saxo , con una batería excepcional, bonitas partes de guitarra y vientos y un apoteósico final que lo deja a uno totalmente extasiado.
En estos momentos creo que “13” es el mejor disco de todos los que he escuchado de la banda. Su obra número 13, publicada en 2013, con 13 temas, celebrando el 13 aniversario de la formación, y con una pequeña gira europea de 13 conciertos para presentarlo. Una obra bien planeada y que estoy seguro que será uno de los mejores discos del año. No os lo perdáis. Es realmente maravilloso.
Francisco Macias