Hace ya casi un año que escuché por primera vez al cuarteto italiano EL en su álbum Electric Leak, y cuando lo hice me quedé totalmente asombrado. ¿Cómo el único disco de un cuarteto que no conoce casi nadie podía sonar así? . Una música llena de contrastes, de detalles, de cambios de ritmo e intensidad, de belleza…Desde un primer momento conecté con esta obra, y ahora que la he escuchado tantas veces no dejo de alucinar con ella. Durante este tiempo le he puesto y vendido el Cd a mucha gente, a ver si es que era sólo cosa mía, pero no, todos los que lo escuchan no solo lo disfrutan, sino que se sorprenden al igual que me pasó a mí.
“EL” fue formada en 2006 por:
-Christian Ferlaino: saxo alto, soprano y barítono y efectos especiales.
-Alberto Fiori: piano eléctrico Wurtlizer, sintetizador, piano de juguete y efectos electrónicos.
-Francesco Guerri: violonchelo ( a veces utilizado como contrabajo), objetos varios y efectos especiales.
-Giovanni Falvo: batería y percusión.
En un solo día de enero de 2008 grabaron su único disco hasta el momento, “Electric Leak”, definiéndose ellos mismos como una banda de jazz, con momentos de improvisación e influencia de la música electroacústica y electrónica. A mí a veces que me recuerdan a Led Bib, a Gutbucket, a Curlew,etc…, pero en realidad creo sinceramente que ya desde el principio esta banda ha conseguido un sonido propio, muy fresco y original.
El primer tema del disco es “T’ Bilisi-The Bombing of the City”, y está dividido en ocho partes, subtituladas con cada una de las letras que forman el título. Un ostinato de piano eléctrico inicia el disco, seguido de la entrada del violonchelo, y todo adornado con figuras de saxo soprano y múltiples percusiones y efectos. En este momento ya nos damos cuenta de que el disco puede ser impresionante si sigue por estos derroteros. La pieza va “in crescendo”, entra el saxo barítono y el contrabajo, y gana intensidad, hasta estallar en la segunda parte, que se compone de una pegadiza y maravillosa melodía de saxo, llena de fuerza, con interludios de violonchelo y piano eléctrico. Este es uno de esos extractos que se quedan grabados a fuego en la memoria nada más escucharlo. El tema cambia totalmente con la tercera parte, basada en una fantástica actuación del piano, con efectos de fondo, arreglos de cuerda y posteriormente una curiosa línea de sintetizador. De pronto, un estallido, golpes de batería y el regreso del ostinato inicial y la melodía de violonchelo (cuarta parte), el cual se queda sólo en la quinta , algo más experimental, de corta duración. Un tremendo ritmo de contrabajo, potente y pagadizo a partes iguales, nos introduce en el sexto movimiento, sobre el que desarrolla una melodía de sintetizador muy “progresiva”, con acompañamiento de piano eléctrico, y un posterior solo de saxo soprano que me encanta. Tras algunos momentos repletos de percusiones y sintetizador comienza un corto solo de batería (séptima parte) que desemboca en el extracto final, absolutamente sublime, con una melodía de violonchelo de gran belleza sobre una base de Wurlitzer, que después se convierte en protagonista gracias al elegante solo que Alberto Fiori efectúa , con algunos adornos de saxo.
La siguiente composición es “Chisinau-The Pogrom”, también dividida en varias partes, y que comienza con una rápida base de piano eléctrico, sobre la que se desarrolla una buena melodía de saxo. Tras un bonito solo de Wurtlizer y partes de violonchelo, comienza una segunda parte misteriosa, repleta de efectos, que da paso a una tercera de gran belleza, lenta, pastoral, con el saxo y el violonchelo como protagonistas. En el siguiente extracto el saxo se queda practicamente solo hasta que se une con el sintetizador para ofrecernos algunos de los mejores minutos del álbum. El ritmazo de contrabajo, con la melodía conjunta de Fiori y Ferlaino, y los posteriores efectos electrónicos, la línea se sintetizador y el gran solo de saxo alto, acompañado de piano eléctrico, hacen de esta parte una verdadera maravilla. Pero es que poco a poco el violonchelo se va abriendo paso para conducirnos al final de la pieza, totalmente obsesivo, con Francesco Guerri tocando en pizzicato, efectos sonoros y el tremendo Wurtlizer distorsionado, con apoyo del saxo que va ganando protagonismo hasta terminar el tema. ¡Genial!
La tercera pieza es “Buccaneer-No Man’s Land”, dividida en tres partes. El principio me recuerda a Matching Mole, quizás por la utilización del piano eléctrico y la sección rítmica (aunque como ya hemos comentado en multitud de ocasiones, esto de los parecidos es una cuestión muy subjetiva), y me encanta, ya que el violonchelo también hace un gran papel. Le siguen momentos caóticos de violonchelo y percusión y un solo de saxo que da paso a una segunda parte extraña, repleta de efectos, que nos lleva al maravilloso final del disco (nueve minutos de final), que consiste en una base de piano hipnótico y una preciosa melodía de violonchelo. Después escuchamos un bonito solo de saxo alto, que va endureciéndose acompañado de la batería hasta llegar a una improvisación alucinante de piano, batería y efectos. Pero es que el Wurtlizer va tomando importancia hasta efectuar un gran solo jazzístico, que mejora aún más cuando retoman la melodía base y vuelve el ritmo original. Un final apoteósico para uno de los discos que más he disfrutado en los últimos años. No me tiembla el pulso a la hora de describir este disco como una obra maestra del género.
El Cd está autoproducido, y se editó en formato digipack en una tirada limitada y numerada de 499 copias (aunque posteriormente se publicó otra edición en caja de plástico que distribuía Altrock).
Francisco Macias