Daniele Cavallanti es uno de los saxofonistas más reputados de Italia. Entre el público más cercano al “rock progresivo” se le conoce por haber formado parte en los ’70 de la bandaAktuala, una de las mejores que ha existido en el país a la hora de fusionar la música étnica, el jazz, el rock,etc.., pero su carrera se ha desarrollado sobre todo en el mundo del jazz. Entre las agrupaciones que ha creado o de las que ha formado parte destacan Gruppo Contemporaneo, Muzic Circo, Nexus, o la famosa Italian Instabile Orchestra, entre otras. Además, ha tocado con gente como Dewey Redman, William Parker, Cecil Taylor, Anthony Braxton…, o con músicos de la esfera del jazz británico, como Barre Phillips, Evan Parker, Paul Lytton o Radú Malfatti.
Su último proyecto hasta el momento, por lo menos editado en Cd, es el disco que nos ocupa ahora, “Sounds of Hope”, donde Cavallanti colabora con la Milano Contemporary Art Ensemble, formada por los siguientes músicos:
-Daniele Cavallanti: saxo tenor
-Ricardo Luppi: saxo alto, saxo soprano y flauta
-Luca Calabrese: trompeta
-Beppe Caruso: trombón
-Paolo Botti: viola y corneta
-Massimo Falascone: saxo barítono, saxo sopranino y saxo contrabajo
-Francesco Chiapperini: clarinete bajo, saxo alto y flauta
-Gianluca Elia: saxo tenor y saxo bajo
-Alberto Tacchini: piano
-Gianluca Alberti: contrabajo (canal derecho)
-Valerio Della Fonte: contrabajo (canal izquierdo)
-Toni Boselli: batería (canal derecho)
-Tiziano Tononi: batería (canal izquierdo), y percusiones.
Los aficionados al rock progresivo y al jazz británico reconoceréis alguno de estos nombres. El violista Paolo Botti pertenece a la Artchipel Orchestra de Ferdinando Farao, especializada en hacer arreglos orquestales de piezas del Sonido Canterbury y el jazz británico, Luca Calabrese era el trompetista de Metamorfosi Trio , que colaboró con la banda de rock progresivo sueca Isildurs Bane, o el trombonista Beppe Caruso, al que podemos escuchar como parte de la orquesta que toca con Louis Moholo, Keith Tippett yJulie Tippets en aquel impresionante álbum llamado “Vive La Black Live at Ruvo” (Ogun, 2007).
El disco fue grabado en un solo día, el 22 de junio de 2014 en Milán, algo realmente sorprendente, aun habiendo tenido varias sesiones previas de ensayo, y ha sido publicado hace poco por el sello Rudi Records.
Se abre con la composición original de Cavallanti, “The Joe Rivers Blues” (11’22), dedicada a los saxofonistas Joe Henderson y Sam Rivers, y nos muestra las claves del álbum. Un sonido poderoso, liderado por los vientos, con una doble sección rítmica independiente, apoyada por el piano, con líneas de bajos marcadas e imaginativas baterías. Una pieza con una melodía clásica de jazz, interpretada por una gran orquesta, con influencias norteamericanas, pero de carácter puramente europeo, que a veces me recuerda a las obras que Graham Collier escribió para combos de estas características. Fantásticos los solos deCavallanti al saxo tenor, Caruso al trombón, y Tacchini al piano, donde notamos mejor la división de las secciones rítmicas en canales. La siguiente pieza es todo un clásico para los que amamos el jazz británico. Se trata de la composición del trompetista Mongezi Feza,“You Ain’t Gonna Know Me ‘Cos You Think You Know Me” (7’14), con arreglos deFalascone y Botti. Las primeras notas de contrabajo esbozan la melodía, mientras el clarinete bajo de Francesco Chiapperini desarrolla un bonito solo, seguido por otro de trompeta de Calabrese, mientras el tema principal, repetitivo, toma cada vez más relevancia, siendo interpretado por la orquesta, y con la sección rítmica añadiendo detalles. Cuando parece que la pieza llega a su punto álgido y va a finalizar, comienza una segunda parte improvisada, con el trombón y el saxo barítono como protagonistas, la orquesta interpretando la melodía como si estuviese desafinada, y añadiendo algunos elementos cacofónicos maravillosos. También de dos partes diferenciadas consta “The Boss” (6’42), compuesta por el trombonista Bepper Caruso. La primera es lenta, con la viola acompañando la orquesta, y con una sección de piano solo, y la segunda mucho más rítmica y pegadiza, con bonitos arreglos de viola, que después se convierten en un solo que se combina a la perfección con otro de saxo alto de Riccardo Lupi. Se van uniendo más instrumentos a la fiesta, creando uno de los mejores momentos del disco, intenso, lleno de detalles, con los vientos sonando por todas partes, hasta el regreso al final de la melodía central. ¡Maravilloso!.
“Braxtown” (12’28) es la segunda y última composición de Cavallanti, y está dedicada aAnthony Braxton, como indica el nombre. Es la pieza más “free” del disco, con un buen equilibrio entre composición e improvisación, y una energía desbordante. Los diversos solos están organizados en dúos y trios. El primero es una grave conversación entre el enorme saxo contrabajo de Massimo Falascone y el saxo bajo de Gianluca Elia; el segundo, que me encanta, está formado por el trio de saxo contrabajo, batería (Tononi) y contrabajo (Della Fonte); el tercero es el dueto de baterías y el cuarto el de saxo bajo, contrabajo (Alberti) y batería (Boselli). Para terminar, un trío de piano, contrabajo y batería formidable (Tacchini,Della Fonte y Tononi). Continuamos con una versión del clásico del saxofonistaWayne Shorter, “Chief Crazy Horse” (8’43), de su excelente álbum “Adam’s Apple” de 1966. Con arreglos de Angelo Tarocchi, esta adaptación me parece soberbia, con el saxo tenor de Cavallanti, en el papel de Shorter, sobre una excelente sección rítmica de contrabajo, batería y piano. Uno de los mejores momentos del disco llega con el solo de viola de Paolo Botti, que en algunos momentos se dobla, dándose la réplica a sí mismo, arropado por los vientos al final. Curiosamente, durante algunos segundos me parece estar escuchando a los Mothers of Invention de Zappa con Ponty en sus filas. Para terminar, otra de las composiciones más conocidas del desaparecido trompetista sudafricano Mongezi Feza,“Sonia” (10’23), arreglada por Falascone y Botti. Comienza con un par de minutos de improvisación colectiva, hasta que escuchamos esa bonita melodía africana repetitiva interpretada por la sección de vientos, y sobre la que se desarrollan los distintos solos. Preciosa la combinación de flauta y saxo alto en el primero, y de trompeta y saxo tenor (Gianluca Elia) en el segundo. Una maravilla para todos aquellos que hemos escuchado esta pieza en muchos otros discos, tocada por diversas formaciones. Con la repetición de un extracto de “You Ain’t Gonna Know Me ‘Cos You Think You Know Me” (1’54) se pone punto y final a esta gran obra, que no decepcionará a ningún amante del jazz contemporáneo europeo o incluso del jazz británico, y del que parece que habrá una continuación más adelante.
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Fran Macías