Cinco años hemos tenido que esperar para escuchar nuevo material de la banda belga The Wrong Object. Tras aquella obra maestra que fue “Stories from the Shed”, el líder de la banda, Michel Delville, ha publicado muchas cosas ( los discos de Doubt y Machine Mass Trio, un directo de la banda que nos ocupa, etc…), pero no fue hasta el año pasado cuando el grupo se metió en el estudio para grabar nuevas canciones. La formación está compuesta por, Michel Delville (guitarras), Laurent Delchambre (batería y percusión), que lleva en la banda desde 2005, Antoine Guenet (teclado, voz) y Pierre Mottet (bajo), a los que ya vi en la formación hace dos años en un concierto en Maastricht, y dos nuevas adquisiciones, Marti Melia (clarinete, saxo tenor y saxo bajo) y Françoise Lourtie (saxo tenor, saxo alto, saxo soprano). Además, han contado con la colaboración de la vocalista Susan Clynes y el gran percusionista Benoit Moerlen (Gong, Gongzilla).
El disco comienza de maravilla con “Detox Gruel” (4’13), pegadiza y directa pieza de Delville, de fuerte pegada inicial gracias sobre todo a los vientos. Buen solo de saxo, cambio de ritmo hacia terrenos más pesados, solo de guitarra sintetizada y vuelta al principio. Una formidable manera de introducirnos en este disco, que continúa con otra composición del guitarrista, “Spanish Fly” (5’19). Tras unas notas de piano, el espíritu de Zappa planea sobre nosotros, gracias en parte a la percusión de Benoit Moerlen. La melodía principal, de aires españoles como indica el título, se ve interrumpida por un precioso solo de saxo soprano, con el tenor y la marimba apoyándolo. El ritmo cambia y vuelven las influencias de Zappa, con un solo de guitarra que me recuerda a la composición del Maestro que tantas veces ha tocado Michel Delville, “Filthy Habits”.
El único tema del disco que compone Laurent Delchambre es “Yantra” (8’04), que comienza de forma misteriosa, con un bonito juego de vientos. Entra la batería y una preciosa melodía que da paso a sendos solos de saxo bajo y piano eléctrico sobre una formidable base rítmica y algunos arreglos de viento. El ritmo se acelera y podemos disfrutar de una gran solo de marimba de Moerlen, para regresar después a la melodia principal. ¡Impresionante! Seguimos con otra pieza muy directa, “Frank Nuts” (3’38), repleta de detalles y ritmos rotos, con un buen solo de órgano de Guenet, que compone el tema junto a Delville, y otro de saxo, con el apoyo también del teclista.
La siguiente composición, “Jungle Cow”, es una pieza larga de Delville dividida en tres partes. La primera, “Part I” (5’50), es una improvisación colectiva, repleta de efectos y percusiones, que da paso a “Part II” (4’40), que comienza con piano, hasta que el saxo, la guitarra y la marimba desarrollan la melodía principal, algo solemne y de aires Zappianos. Como en la mayorías de temas del disco, el ritmo cambia y comienza un solo de guitarra, con los vientos acompañando a la sección rítmica y a la percusión, alcanzando una gran intensidad que nos lleva hasta “Part III” (6’07), una verdadera maravilla con un comienzo a base de potentes riffs de saxo y guitarra, con un bajo muy distorsionado y una agresiva batería. Poco después la pieza cambia de forma radical y nos adentra en terrenos más apacibles, a través de una base lenta de guitarra, sobre la que pasea elegantemente el saxo tenor hasta ejecutar un buen solo, con el órgano y el saxo alto apoyándolo, tomando este último cada vez más protagonismo. Un final intenso, pero a la vez muy espacial y relajante, para esta enorme composición.
Guenet es el responsable de “Glass Cubes” (8’30), un buen tema vocal interpretado por Susan Claynes y el propio teclista, y al que no nos tiene demasiado acostumbrados esta banda. Destaca el solo de piano (con una preciosa línea de bajo) y el juego final de vientos.
El bajista Pierre Motett nos regala la pieza más cercana al Sonido Canterbury del disco, “Wrong But Not False” (5’28). Elegante, equilibrada y pegadiza, transmite buenas vibraciones nada más empezar. Me encantan los solos de piano eléctrico y guitarra.
La última composición de Guenet del álbum es “Flashlight Into Black Hole” (3’05), un buen tema, algo más cercano a la fusión, que quizás sea el que menos me llama la atención. Y para terminar, “Stammtisch” (5’59), escrita por Benoit Moerlen. El diálogo entre la marimba, el vibráfono y los saxos enseguida nos recuerdan a Zappa. Los solos de piano y guitarra, combinándose entre ellos, con los saxos sonando a su aire en una especie de locura controlada, y el vibráfono y la sección rítmica sosteniéndolo todo, me parecen geniales. Un final formidable para un disco muy esperado, que en mi caso, ha cumplido todas las expectativas.