El pasado día 12 de febrero tuvimos la enorme suerte de poder asistir al concierto de uno de los mejores y más importantes compositores del jazz británico, Mike Westbrook, acompañado por The Uncommon Orchestra. Ya habíamos visto en un par de conciertos a Westbrook con diferentes formaciones, pero era la primera vez que lo escuchábamos en directo con esta fantástica big band de jazz rock. 24 músicos en el escenario de uno de los locales más emblemáticos de Londres, el Ronnie Scott’s, en pleno Soho. En una mesa cerca del escenario, algo elevada, y rodeados de unas 300 personas, disfrutamos de dos horas de música inolvidables. La banda estaba formada por:
-Mike Westbrook: dirección y piano
-Kate Westbrook, John Winfield, Martine Waltier y Billie Bottle: voces. Además, Bottle se encargó en varias ocasiones del bajo electrico y el piano.
-Jesse Molins y Matt North: guitarras
-Dominique Pifarly: violín
-Marcus Vergette: contrabajo
-Coach York: batería
-Pete Whyman, Alan Wakeman, Roz Harding, Sarah Dean e Ian Wellens: saxos
-Graham Russell, Stuart Brooks, Dick Pearce y Sam Massey: trompetas
-Dave Holdsworth: sausafón y trompeta de bolsillo
-Joe Carnell, Stewart Stunell, Ashley Nayler y Samuel Chamberlain-Keen: trombones
El concierto comenzó con dos magníficas piezas de esa obra maestra que es “A Bigger Show” (2016). La primera fué “Gizzards All Gory”, con la orquesta en plena forma, los vocalistas cantando juntos, y en la destacó el maravilloso solo de saxo tenor de Alan Wakeman. Sin pausa, “Juxtapositions”, una de las melodías más bellas que Westbrook ha compuesto en su larga carrera, interpretada por Martine Waltier, con el resto de las voces apoyándola. Los solos de trompeta de Sam Massey y de saxo soprano de Alan Wakeman me parecieron magistrales, así como todos los arreglos orquestales, combinados con momentos intensos de bajo eléctrico, guitarra y batería. A continuación, el contrabajo de Marcus Vergette y el espectacular violín de Dominique Pifarely nos trasladaron al mundo de William Blake, con ese clásico que es “Long John Brown and Little Mary Bell”. Acostumbrado a escucharla con la portentosa voz de Phil Minton, no sabiamos muy bien si saldría bien parada cantada por otra persona, pero la interpretación de John Winfield nos dejó alucinados. Esa forma de cantar, con el violín sin dejar de acompañarlo y toda la orquesta detrás resultó uno de los grandes momentos de la noche. Después le tocó el turno a una composición de 2012, “Brazilian Love Songs”, grabada originalmente por el trío formado por Mike Westbrook, Kate Westbrook y Chris Biscoe, y que en el concierto pudimos escuchar arreglada para la orquesta. Jazz rock con aires latinos, con la guitarra y el trombón abordando la melodía original antes de la interpretación vocal de Kate.
Las siguientes dos piezas fueron un verdadero retorno al pasado, ya que nos trasladaron a 1975, cuando Mike Westbrook publicó su magistral álbum “Citadel/Room 315”. Tanto en la preciosa “Tender Love”, como en la espectacular “Bebop De Rigueur”, el saxo alto de Roz Harding nos deslumbó a todos, pasando de pasajes melódicos y emotivos a otros más cercanos al free jazz. Para terminar el primer pase de la noche, la orquesta nos obsequió con una tarantela que Westbrook y su banda interpretaron por vez primera el pasado noviembre a su regreso a Sicilia, para conmemorar la publicación del doble Cd de archivo, “Catania”, que recoge una actuación de 1992 en la ciudad italiana. Una pieza divertida, llena de belleza, en la que destacó el gran Peter Whyman al clarinete. ¡Todo un espectáculo!.
El segundo pase comenzó de una manera bastante clásica, con una versión de la pieza de Duke Ellington. “Tulip Or Tunip”, trasladándonos a los años ’50. Después, viajamos a la década de 1920 con la fantástica “Alabama Song”, de la ópera “Mahagonny” de Kurt Weill y Bertolt Brecht. Son muchos lo que han versionado esta canción (The Doors, David Bowie,etc…), y es normal, porque tiene un cierto aire enfermizo y decadente que llama la atención. Como no podía ser menos, la orquesta y los vocalistas acentuaron ese carácter un tanto lunático de la pieza, viviéndola en el escenario. Un momento especial fue cuando Dave Holdsworth (que ya tocaba en los primeros discos de Westbrook a finales de los ’60, así como en otras joyas del jazz británico) dejó el sousafón (un tipo de tuba) y cogió la trompeta de bolsillo para hacer un fantástico solo. La siguiente pieza, titulada, “D.T.T.M”, es una composición dedicada a dos viejos amigos de Westbrook ya desaparecidos, el trombonista Danilo Terenzi y el baterista Tony Marsh (un fantástico improvisador al que tuve la enorme suerte de ver hace unos años en el Vortex de Londres, junto a Evan Parker, Louis Moholo y John Tchicai). Un maravilloso blues en el que el principal protagonista fue el violín de Dominique Pifarely, de una expresividad y emotividad sorprendentes.
Otro de los grandes momentos de la noche fue la interpretación de “Gas, Dust,Stone”, del álbum “A Bigger Show”. Con Westbrook al piano, la parte vocal corrió a cargo de Billie Bottle, que lo hizo genial, apoyado constantemente por la guitarra y el violín, que jugaban a su alrededor. Durante la espectacular parte instrumental, Bottle se encargó del bajo eléctrico, creando bonitas y pegadizas líneas, mientras los solos se iban sucediendo. Primero el de trombón, después los de guitarra, interrumpidos por una gran melodía orquestal, y el de saxo alto, que continuó incluso cuando los cuatro cantantes interpretaron de nuevo la parte vocal.
Después, la orquesta volvió a su faceta más “clásica”, interpretando “Something To Live For”, una pieza de Billy Strayhorn de finales de los años ’30, con el saxo tenor de Alan Wakeman como protagonista, y “Graffitti”, original de ese fantástico triple vinilo publicado en 1982, “The Cortege”, en el que destacó el saxo alto de Pete Whyman y la trompeta de Dick Pearce.
Y para terminar la noche, una bonita versión de “Golden Slumbers” de The Beatles , que nos trajo a la memoria el tributo al álbum “Abbey Road” que Westbrook hizo en el disco “Off Abbey Road” (1990); una versión corta de “The Toper’s Rant”, una pieza preciosa, perfecta para una despedida, que podemos escuchar en toda su amplitud en “The Cortege” (1982); otra versión de “William Tell Overture” de Rossini, que también nos recordó el tributo al compositor italiano en el disco “Rossini” (1987), muy divertida, y la emotiva y maravillosa “I See Thy Form”, todo un clásico de Westbrook, que ha aparecido en muchos de sus discos, celebrando la figura de William Blake. Un himno cantado por John Winfield, con la orquesta “in crecendo” hasta llegar a una gran final realmente emocionante.
Después estuvimos hablando un rato con Kate y Mike Westbrook, y se mostraron tan amables y atentos como siempre. ¡Un verdadero lujo!.
Por desgracia, estaba prohibido hacer fotos en el interior del local, por lo que he utilizado imágenes de archivo para este artículo.
Francisco Macías
On the last 12th of February, we were lucky enough to attend a concert of one of the greatest, most important British jazz composers, Mike Westbrook, joined by The Uncommon Orchestra. We had already been to a couple of Westbrook gigs with different line-ups, but this was the first time we could watch him live with this wonderful jazz rock big band. Twenty-four musicians on the stage of one of the most iconic venues in London, the Ronnie Scott’s, in the heart of Soho. On a table near the stage, in a rather high position and surrounded by some 300 people, we enjoyed two hours of unforgettable music. The band consisted of:
-Mike Westbrook: musical direction and piano
-Kate Westbrook, John Winfield, Martine Waltier and Billie Bottle: voices. Bottle played electric bass and piano on several occasions, as well.
-Jesse Molins and Matt North: guitars
-Dominique Pifarely: violin
-Marcus Vergette: double bass
-Coach York: drums
-Pete Whyman, Alan Wakeman, Roz Harding, Sarah Dean and Ian Wellens: saxes
-Graham Russell, Stuart Brooks, Dick Pearce and Sam Massey: trumpets
-Dave Holdsworth: sousaphone and pocket trumpet
-Joe Carnell, Stewart Stunell, Ashley Nayler and Samuel Chamberlain-Keen: trombones
The concert started with two magnificent pieces from the masterpiece that is ‘A Bigger Show’ (2016). The first was ‘Gizzards All Gory’, with the orchestra on top form, the vocalists singing together and a brilliant tenor sax solo by Alan Wakeman standing out. Without a break, ‘Juxtapositions’, one of the most beautiful melodies Westbrook has ever composed, performed by Martine Waltier and backed by the other singers. I found both the trumpet solo by Sam Massey and the soprano sax solo by Alan Wakeman to be excellent, and the same could be said about the orchestral arrangements, combined with intense electric-bass-guitar-and-drums moments. After that, Marcus Vergette’s double bass and Dominique Pifarely’s astounding violin took us to the world of William Blake through ‘Long John Brown and Little Mary Bell’, a true classic. As we were used to listen to it with Phil Minton’s powerful voice, we were not sure it would come off well, but John Winfield’s performance left us staggered. That way of singing, always accompanied by the violin and the whole orchestra in the background turned out to be one the best moments of the night. That was followed by a 2012 tune, ‘Brazilian Love Songs’, originally recorded by the trio consisting of Mike Westbrook, Kate Westbrook and Chris Biscoe, which in this concert could be heard on a different arrangement for the whole orchestra. Jazz-rock with a Latin flair, guitar and trombone rendering the original melody before Kate’s vocal performance.
The next two pieces were a real trip to the past, taking us back to 1975, when Mike Westbrook released his magnificent album ‘Citadel/Room 315’. Both in the lovely ‘Tender Love’ and in the spectacular ‘Bebop De Rigueur’, Roz Harding’s alto sax stunned us all, combining melodic, touching passages and parts closer to free jazz. To finish the first set, the orchestra presented us with a tarantella that Westbrook and his band first played last November, on their return to Sicily to celebrate the release of the double album ‘Catania’, containing an unreleased performance from 1992 in that Italian city. An amusing yet very beautiful piece, where the great Peter Whyman stood out on the clarinet. Quite a show!
The second set started in a rather traditional fashion, with a cover of Duke Ellington’s ‘Tulip or Turnip’, taking us back to the 1950’s. Then we took a trip to the 20’s with the wonderful ‘Alabama Song’, from the ‘Mahagonny’ opera by Kurt Weill and Bertolt Brecht. Many musicians have covered this sing (The Doors, David Bowie et al.) and understandably so, since it posseses a certain perverse, decadent flavour that is quite remarkable. As you might expect, the orchestra and singers emphasised that rather lunatic touch by acting out on stage. A special moment was Dave Holdsworth (who already played in the first few Westbrook albums in the late 60’s, as well as in other British Jazz gems) putting down his sousaphone (a type of tuba) and taking a pocket trumpet to perform a brilliant solo. The next piece, named ‘D.T.T.M.’ is a composition dedicated to the memory of two old friends of Westbrook’s, trombonist Danilo Terenzi and drummer Tony Marsh (a fantastic improviser whom I was lucky enough to see live a few years ago at the Vortex club in London, alongside Evan Parker, Louis Moholo and John Tchicai). A wonderful blues where the main performer was Dominique Pifarely on violin, strikingly expressive and moving.
‘Gas, Dust, Stone’, from the album ‘A Bigger Show’, was another great moment. With Westbrook playing the piano, it was Billie Bottle who brilliantly took charge of the vocal parts, constantly supported by a playful guitar and violin. During the spectacular instrumental section, Bottle was creating beautiful, catchy lines on the electric bass while different solos followed: trombone, then guitar, interrupted by a great orchestral melody, and finally an alto saxophone solo that continued even after the four singers went back to the vocal part.
The orchestra then returned to its more ‘classical’ side with ‘Something To Live For’, a 1930’s Billy Strahorn piece, with Alan Wakeman as the lead man, and ‘Graffiti’, originally released on that wonderful triple album from 1982, ‘The Cortege’, where Pete Whyman on alto sax and Dick Pearce on trumpet stood out.
The final part of the evening consisted of a beautiful rendition of ‘Golden Slumbers’ by The Beatles, which reminded us of Westbrook’s tribute album ‘Off Abbey Road’ (1990); a short cover of ‘The Toper’s Rant’, a pretty piece, perfect for an ending that can be heard in full on ‘The Cortege’ (1982); an enjoyable version of Rossini’s ‘William Tell Overture’, reminiscent of another tribute album, ‘Rossini’ (1987); and the wonderful and moving ‘I See Thy Form’, such a Westbrook classic, present in many of his albums as a celebration of William Blake’s figure. A hymn sung by John Winfield, with an orchestral ‘crescendo’ that lead to a really emotional finale.
After the concert, we had the chance to chat with Kate and Mike Westbrook, and they were as nice and considerate as always. A true privilege!
Translation: Juanfran Andrade