Llevo muchos años viajando para ver a bandas tocar en directo, y lo considero un auténtico privilegio. El ser consciente de ello hace que disfrute los conciertos aún más. En esta ocasión, tuvimos la suerte de que varias formaciones que nos encantan tocasen en Bélgica en días más o menos consecutivos, y no desaprovechamos la oportunidad.
El martes 22 de enero acudimos a nuestra primera cita en el Theatre Marni, para escuchar a la impresionante banda belga Flat Earth Society. El concierto estaba encuadrado dentro de la quinta edición del River Jazz Festival, y aunque era la tercera vez que los veíamos en directo, la ocasión resultaba especial. El motivo era que presentaban su último doble Cd, “Untitled#0”, uno de los mejores discos que han publicado en los más de 20 años que llevan juntos, y conociendo su discografia, eso es decir mucho. Una sala pequeña, acogedora, con un escenario grande, capacidad para unas 250 personas, y buena acústica. La mejor manera de escuchar en directo a una banda como esta, con 15 músicos interactuando. La formación estaba compuesta por:
-Peter Vermeersch: clarinete, buena parte de la composición y dirección
-Martí Meliá: clarinete. El único español de la banda.
-Marc Meeuwissen: trombón
-Peter Delanoye: trombón
-Benjamin Boutreur: saxo alto
-Michel Mast: saxo tenor
-Bruno Vansina: saxo barítono y flauta
-Pauline Leblond: trompeta
-Bart Maris. trompeta. Algunos lo conoceréis por ser también el trompetista de Spinifex
-Berlinde Deman: tuba
-Frederik Leroux Roels: guitarra
-Peter Vanderberghe: piano y composición
-Kristof Roseeuw. contrabajo
–Wim Segers: vibráfono
-Teun Verbruggen: batería y percusión
Flat Earth Society lo tiene todo. Fantásticas composiciones, grandes melodías, una imaginación prodigiosa, libertad estilística. buen humor y ganas de pasarlo bien. No puede haber una combinación mejor. Además, están muy compenetrados, sonando en ocasiones como si fueran un sólo músico, o creando infinidad de capas sonoras que ponen a prueba nuestra atención y capacidad de concentración. En los más de 90 minutos que duró el concierto hubo lugar para jazz, rock, música contemporanea, música de cine, improvisación, y como no, grandes solos. Interpretaron buena parte de su último disco, y de que manera…Joyas como “No One Left”, “Miss Man’s Mist”, “Monkey Wrench”, “Drstkova Polevka” o “Trip It”, nos dejaron pegados al asiento, incrédulos ante el alarde de virtuosismo e imaginación al que estábamos asistiendo. Esa tremenda labor colectiva, junto a los grandes solos de trombón, saxos, tuba, clarinete, flauta, etc…, y las referencias a tantos estilos e influencias diferentes (Zappa incluido, naturalmente), hace de esta orquesta una de las mejores de la actualidad.
Antes del concierto estuvimos charlando con Marc Meeuwissen, uno de los trombonistas de la banda, al que ya conocemos de otras ocasiones, y se mostró realmente agradecido por el viaje que habíamos hecho para verlos tocar. Una noche alucinante.
Al día siguiente, regresamos al mismo teatro y a la misma sala para ver a toda una leyenda del jazz europeo, el trío belga Aka Moon. El saxofonista Fabrizio Cassol, el bajista Michel Hatzigeorgiu y el baterista Stephane Galland llevan más de 25 años juntos, mezclando el jazz con la música africana, india, caribeña, balcánica,etc…, tanto en trío como acompañado por grandes formaciones de músicos de todo el planeta. En esta ocasión, la banda interpretaba su último disco, “Now”, en la que regresan a sus orígenes como trío. Aún conociendo más o menos bien su discografía, y habiendo escuchado muchas veces su último Cd, no tenía ni idea de lo que iba a presenciar. Un ejemplo claro de como las grandes bandas se crecen en directo, y que por mucho que a uno le guste escuchar música en casa, las sensaciones y emociones que estos músicos transmiten en directo están a otro nivel.
Casi 90 minutos de concierto dificiles de explicar. La expresividad del saxo de Cassol, unida a la fuerza y virtuosismo del bajo de Hatzigeorgiu, y a la energia y complejidad de los ritmos de Galland, hacen de la música de Aka Moon en directo todo un espectáculo. Era la primera vez que los veía y no me los esperaba tan brutales. Tres auténticos virtuosos, que utilizan su destreza no para impresionar, sino para expresar, y vaya si lo hacen. Composiciones como “The Year Of Fire Horse”, “Spiritual Exile” o “Persevering” sonaron llenas de vida, con una energía desbordante, y a la vez, con gran sensibilidad. El sonido del bajo llenaba la sala, y en muchas ocasiones uno no podía dejar de mirar la forma en la que Hatzigeorgiu lo tocaba.Esto, unido a las referencias a la música de Oriente Medio, Africa y otros lugares, nos inducía a una especie de trance maravilloso del que no queriamos salir. También hubo grandes momentos de improvisación y grandes solos que no hicieron otra cosa que mejorar la actuación. En definitiva, una maravilla.
Tras una preciosa visita a Brujas, nos trasladamos a la pequeña ciudad de Eeklo, cerca de Gante, para asistir al concierto de una de las formaciones del universo de John Zorn que más nos gustan, Abraxas. Este cuarteto esta formado por los guitarristas Eyal Maoz y Aram Bajakian, el bajista Shanir Ezra Blumenkranz (lo recordaréis también por formar parte de Banquet Of The Spirits, Rashanim,etc…) y uno de los mejores bateristas que hay en la actualidad, Kenny Grohowsky (Brand X, Simulacrum, Insurrection,etc…). El concierto se celebró en una pequeña sala de conciertos llamada N9, que aunque no contaba con una gran acústica, se ajustaba bien al torbellino sónico que nos esperaba.
De pié, a dos metros del escenario, pudimos asistir a una noche mágica. Antes de comenzar a tocar, Shanir advirtió a la audiencia que no nos tomasemos el concierto como un “ataque personal” refirièndose a la intensidad de su música, así que estábamos advertidos. El repertorio estaba compuesto por composiciones de John Zorn, grabadas por el cuarteto en dos discos, “Abraxas”, que es el volumen nº 19 de la serie “Book Of Angels”, que recoge el libro segundo de Masada, y “Gevurah”, volumen nº 5 de “Book Of Beriah”, libro tercero de Masada. Como ya es costumbre, en directo Shanir no lleva el bajo, sino un Gimbri, un laud de tres cuerdas, que se suele utilizar en Marruecos para temas de meditación y rituales de sanación, como él mismo explico durante la actuación. Todo un reto, como él mismo reconoció, combinar el sonido de este instrumento, que utiliza como si de un bajo se tratase, con la intensidad del rock. Debido a que nosotros ya habiamos visto en directo a Abraxas unos años antes en Milán, creíamos saber lo bien que lo manejaba, pero nos volvió a sorprender, así como el resto de la banda. Utilizando las composiciones de Zorn como ideas que deben ser desarrolladas, Abraxas creó un ambiente casi místico, mezclando el rock, el jazz, la música de tradición judia y de Oriente Medio, con momentos cercanos al Doom. Piezas como “Din” o “Betzalizel” nos dejaron paralizados. Las dos guitarras iban alternándose, haciendo solos, melodías y efectos, así como creando momentos apocalípticos con una intensidad altísima. El guimbri y la batería creaban hipnóticas bases en algunos momentos, para en otros convertirse en verdaderos protagonistas de la noche, paseando entre la música étnica y el Metal. Quizás el momento en el que esta dualidad se hizo más patente fue durante la interpretación de “Biztha”, una pieza lenta, pesada, psicodélica, con aires del desierto, tocada con una fuerza sobrecogedora, que puso a prueba nuestros oídos y nos trasladó a otro mundo.
Dos pases de 40 minutos cada uno que nos dejaron con ganas de más. Otra de las cosas más bonitas de la noche fue que los miembros de la banda, debido al número de veces que los hemos visto juntos y por separado, nos reconocieron, y pasamos un agradable rato de charla con ellos.
Si hay algo que me queda claro después de tres conciertos de esta talla es que la música debe ser vivida en directo. No sólo es sorprendente como los buenos músicos transforman, a nivel energético y a muchos otros, los temas de sus discos en algo totalmente distinto, sino como nosotros como oyentes, vivimos de forma diferente ese mismo disco tras haberlo escuchado en vivo. Para mí, estas experiencias son las que me hacen sentir más vivo, así que ya toca preparar la siguiente……
Texto: Francisco Macías
Fotos: Carla Martínez